“Vivir Separados, Pero Juntos”
Por Rafael Hernández Guízar

En la página oficial de comunicación de la Arquidiócesis de Guadalajara, se publicó un artículo del presbítero Eduardo Michel Flores, respecto al nuevo modelo de pareja denominado “LAT” que se traduce como “Vivir separados, pero juntos” (Living Apart Together, por sus siglas en inglés)/Fotos: Cuartoscuro
La iglesia católica dijo que hay una tendencia que destruye a la familia, el nuevo modelo de pareja denominado “parejas LAT”.
En la página oficial de comunicación de la Arquidiócesis de Guadalajara, se publicó un artículo del presbítero Eduardo Michel Flores, respecto al nuevo modelo de pareja denominado “LAT” que se traduce como “Vivir separados, pero juntos” (Living Apart Together, por sus siglas en inglés), y que a decir de la iglesia católica en Guadalajara, se ha empezado a adoptar como una tendencia en los matrimonios jóvenes donde cada uno de los cónyuges vive en su propia casa, lo que, dicen, hace muy endeble la relación entre las personas.
“Una pareja LAT mantiene una relación estable, pero sin compartir el domicilio, evitando la convivencia diaria (…) Decide amarse para siempre, pero nunca vivir bajo el mismo techo, evitando así las incómodas peleas y los roces por asuntos habituales como las tareas domésticas. En la actualidad muchas parejas en todo el mundo deciden tener una relación LAT. Para muchos es una forma de mantener su individualidad dentro del matrimonio y de tener tiempo para uno mismo. Mientras que, para otros, es un ejemplo del miedo al compromiso de las parejas actuales y de su falta de madurez”, indica la publicación.
De acuerdo con la iglesia católica, es necesario que se rescate el modelo tradicional del matrimonio y se apueste a la convivencia entre la pareja puesto que, debido a las nuevas tendencias, se han ido perdiendo los valores y la importancia de la familia: “No se trata simplemente de una costumbre social, sino de un modelo que responde a la naturaleza humana en su necesidad de seguridad, confianza y entrega total. El amor auténtico implica no sólo deseo y pasión, sino también responsabilidad y sacrificio por el otro. El matrimonio tradicional fomenta una unión basada en la exclusividad, donde cada miembro de la pareja sabe que puede contar con el otro en todas las dimensiones: física, emocional y espiritual. Esta exclusividad se basa en la elección libre y consciente de compartir la vida con una sola persona, cultivando el amor con actos de entrega y fidelidad”.
Agregó que ese tipo de relaciones –las parejas LAT- a largo plazo debilita el sentido de compromiso y estabilidad en la relación, además de generar dificultades para la crianza de hijos, ya que no hay un hogar compartido.
“Para la Iglesia el matrimonio es una unión estable, indisoluble y abierta a la vida. Por tanto, este tipo de uniones LAT no cumplen con los principios fundamentales del matrimonio cristiano porque no reflejan la unión plena y el compromiso total entre los esposos, separan la convivencia del amor conyugal, cuando la vocación del matrimonio implica compartir la vida en todas sus dimensiones; fomentan un concepto de relación basado más en la conveniencia personal que en la entrega mutua”, escribió Eduardo Michel Flores.
Por ello, la Arquidiócesis de Guadalajara reprobó totalmente ese tipo de parejas ya que las caracteriza, según ellos, el egoísmo y el individualismo.
“La Iglesia ve con preocupación la tendencia actual creciente a redefinir la familia y el matrimonio en términos cada vez más individuales y egoístas, en lugar de verlo como una vocación de entrega, unidad y amor fecundo. Estás formas de vida no son compatibles con la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio. El matrimonio cristiano implica la unidad y la vida en común de los esposos. La convivencia matrimonial no es solo un aspecto práctico, sino una expresión del compromiso, la entrega mutua y la vocación a la unidad y fidelidad”, concluyó la publicación del presbítero.