Robadera en las narices de la Policía del Estado
Este tradicional barrio tapatío sufre el azote de los delincuentes, sin que haya autoridad que les ponga freno, lamentaron vecinos y comerciantes de los alrededores
Por Rafael Hernández Guízar
Ciudadanos se quejaron ayer de la inseguridad en el barrio de Las 9 Esquinas, en Guadalajara, sentenciaron que la delincuencia creció de forma inesperada.
A decir de vecinos y comerciantes entrevistados ayer por Página 24, la delincuencia ha crecido de forma sorprendente en este céntrico barrio de Guadalajara, se dijeron decepcionados por ello, debido a que ni siquiera la presencia cercana de la policía estatal y de la misma policía municipal ha permitido que haya freno a los delincuentes.
“Está terrible la verdad (…). Siempre ha habido muchos robos y ahora pues no sé si ya le llamaron la atención a la policía que está aquí en la esquina, pero siguen los robos, no es que haya bajado”, dijo Berenice Hernández, una de las entrevistadas.
Y agregó: “Yo veo muy descuidado por el gobierno, está todo muy mal. Yo creo que a veces la misma gente ya ni quiere denunciar, primero porque sabemos que no se va a hacer nada, y segundo, porque hasta miedo da ya hacer las denuncias la verdad”, dijo.
Y es que a sólo una calle de la plaza de las 9 Esquinas está ubicada la Secretaría de Seguridad del gobierno del estado, pero ni la presencia de policías y vehículos incluso de asalto hacen que la delincuencia disminuya.
Por ello, ella y otros de los ciudadanos entrevistados se dijeron muy decepcionados de las autoridades, pues hay poca capacidad de reacción para acudir ante la incidencia delictiva.
“Yo creo que ya el gobierno perdió la capacidad de controlar todo, es que ya no pueden, ellos mismos como gobierno parece que permiten que pasen las cosas, ellos están en un cajita de cristal parece, porque luego dicen que las cosas están bien y pues no”.
Desesperados por la delincuencia que se ha incrustado en la zona centro, vecinos y comerciantes hicieron un llamado a su presidente municipal Pablo Lemus Navarro al que reclamaron el caos en el que viven.