Son una competencia desleal para los locatarios
Por Rafael Hernández Guízar
Abarrotado de comerciantes ambulantes y semifijos lucen los alrededores del mercado Libertad, mejor conocido como San Juan de Dios, en Guadalajara.
Con la llegada primero del Buen Fin, y luego de la temporada navideña, el centro de Guadalajara se empezó a llenar de nueva cuenta de comerciantes que, de acuerdo con los reglamentos de comercio en espacios abiertos del mismo ayuntamiento de Guadalajara, no estarían permitidos.
“Es que se supone que no se permite esto, y quién da los permisos, quién da oportunidad de estar en la calle vendiendo, esto es una competencia desleal, al menos para nosotros que somos comerciantes establecidos, no se vale, porque nosotros sí pagamos impuestos, pagamos más que los que están en la calle, pagamos renta, pagamos impuestos al municipio. Pagamos al seguro social, a hacienda, a los empleados, entonces, sí se suma todo, pues sí acabamos pagando más que los que están en la calle, por eso lo que digo es que sí es competencia desleal, ellos están más desahogados que nosotros y no es justo”, dijo la propietaria de uno de los negocios establecidos sobre la Calzada Independencia.
Y siguió: “Para esas cosas, pues mejor acabamos yéndonos a la calle, así no se puede y yo creo que lo que nosotros queremos es que sea pareja la cosa, todos tenemos derecho al trabajo, eso es cierto, pero hay que ser parejos, por qué unos sí pagamos tantas cosas y los demás no, o bien sencillo, que les cobren como si fueran comerciantes establecidos, es decir, que se pongan los de Hacienda y los del Seguro a ver esto, y claro que no se nos pueden olvidar los de los sindicatos que son un cáncer porque nomás llegan y te quieren emplazar a huelga o te quieren hacer que te afilies a ellos. No es justo, Pablo Lemus es el que debería de estar al pendiente de esto porque están dando oportunidades así nada más”.
Desde hace varios años la venta de productos en espacios abiertos ha sido un tema de conflicto por parte de comerciantes establecidos, semifijos, y ambulantes.
Incluso, a sólo unas calles de esto, en pleno centro de la ciudad, o sea, el corazón tapatío, los inspectores siguen decomisando las mercancías a los vendedores ambulantes, lo cual no sucede en la mencionada –con antelación, en la calzada- zona de la ciudad.