Padres de familia exigen vigilancia policial
Que la patrulla dé rondines, en especial por las mañanas y al caer la tarde, para inhibir a los ratas
Por Rafael Hernández Guízar
Inseguridad al extremo se vive en los alrededores de la escuela 30 de Abril, en la colonia Miravalle de Guadalajara.
Se trata de una escuela en esta colonia que está en los límites de Guadalajara y San Pedro Tlaquepaque, donde tanto de día como de noche hay muchos rateros en los alrededores y estos, no sólo agreden a los padres de familia y a los alumnos, sino que incluso se han metido a robar dentro de las instalaciones y no hay quien ponga límites.
“Muchos robos, por eso las mamás en la tarde tratan de irse rápido porque lo que es la periferia hay mucho robo, hay mucha drogadicción y a las mamás les da miedo estar aquí después de que salen los niños, pero qué hacemos, los niños tienen que venir a la escuela, por eso es que rápido cuando salen se va uno, pues para qué se queda uno, es peligroso”, dijo Valeria, una de las madres de familia entrevistadas por Página 24.
“En lo que va del año han robado ya, sí, sí han robado tanto dentro de la escuela lo que es la oficina del director y cosas de las aulas, como en lo que es en la periferia de la escuela, a las mamás y a los mismos alumnos que se van solos. Sí hay patrullaje pero nada más cuando pasan los robos, porque así lo normal, no mucha, y eso pues no es suficiente obviamente, se requiere de que hagan sus rondines, que estén al pendiente porque aunque pasen, de todos modos como que eso no detiene a los ladrones”, agregó la molesta ciudadana.
“En lo que fue marzo es cuando se metieron a la escuela, y se llevaron muchas cosas y hacen destrozos. Por eso pues lo que le queremos decir al presidente es que nos eche la mano, porque aquí se necesita seguridad, igual en lo que es los alrededores, en la colonia en general, necesitamos que nos ayuden porque es muy peligroso”.
La escuela se ubica sobre la avenida Academia, en la colonia Miravalle, donde vecinos y padres de familia en general pidieron que haya presencia constante de la policía municipal, preferentemente con una patrulla en la puerta estacionada para inhibir a los rateros.