Afecta mi vivienda y tranquilidad: Vecina
Por Rafael Hernández Guízar
Un indigente instaló su campamento en las afueras de un departamento en Tonalá, la dueña está desesperada por tu nuevo vecino.
Es por la calle Malecón Oeste en donde una persona instaló su casa, afuera de la venta de la señora Martina Cruz, una desesperada mujer que no sabe ni a quién acudir, pues la ventana de su recámara fue usada para amarrar un plástico que es ahora el techo de la casa improvisada de este trotamundos.
“Ya no sé ni qué hacer, yo quisiera que se fuera de aquí, mire cómo está todo, y da directo a mi cuarto, y dicen que está en la calle y que la calle es de todos, y yo digo que sí es de todos, pero por qué afuera de mi casa, de mi cuarto, me llega el olor bien feo a mi cama, oiga no es justo”, dijo la desconcertada mujer.
“El señor está ahí y vende ropa usada y aquí afuera está el tendedero de ropa sucia que pudo para que la ente le compre, y nadie le compra nada, me da tristeza esto, porque yo entiendo lo duro que debe ser para alguien estar en la calle pero insisto, por qué afuera de mi casa, yo quisiera que vinieran los del DIF y lo ayudaran a que se vaya a un albergue para que esté bien, para que no esté así a la intemperie, pero también para qe no esté afuera de mi casa, es que no se imagina lo que se vive por estar así, tengo que tener cerrada la ventana porque está aquí afuera, en verdad que no es justo para nadie”, agregó.
En este sitio el indigente desarrolla todas sus actividades: Come, duerme, orina y hasta defeca. Todo es soportado por la molesta ciudadana que se siente indefensa ante lo que considera una invasión a su privacidad.
Además hay que decir que en efecto hay un olor bastante desagradable derivado de la improvisada manera de vida que este hombre ha mantenido en un espacio tan reducido y sin preparación alguna para lo más indispensable.
Una gran cantidad de basura se aprecia por doquier. Un tendedero que va de la pared a un árbol, tiene infinidad de prendas de vestir que el señalado indigente pretende vender para subsistir.
La imagen de aquello es cruda, pues retrata la necesidad en todo su esplendor, la falta de oportunidades que contrasta con el hartazgo y frustración de una mujer que se siente sola, incapaz de lidiar con este problema.