Urge una Campaña de Despistolización en el Estado
Por Jorge Martínez
La noche de este lunes la colonia Echeverría se estremeció con un crimen espeluznante: un hombre de entre 35 y 40 años de edad fue asesinado de un disparo certero en la cabeza, quedando su cuerpo tirado en medio de un charco de sangre sobre la transitada avenida patria, en el cruce con la calle ignacio covarrubias.
Las detonaciones de arma de fuego alertaron a vecinos y automovilistas que circulaban por la zona.
lo que encontraron los policías municipales al llegar fue una imagen brutal: un hombre tendido boca arriba, con la mandíbula destrozada y un orificio sangrante en el cráneo, evidencia clara del recorrido mortal de la bala que entró por la cara y salió por la parte superior de la cabeza.el asfalto quedó marcado con manchas rojas que se extendían como un macabro lienzo.
Paramédicos acudieron de inmediato, pero nada pudieron hacer.el hombre ya no tenía signos vitales, su cuerpo había sido destrozado por el único y letal disparo.la crudeza de la escena paralizó por un momento a los curiosos que, con morbo y miedo, observaban desde la distancia.
Según las primeras versiones, los responsables del ataque huyeron a toda prisa en un automóvil, cuyo rumbo es hasta ahora desconocido.no hubo testigos cercanos que pudieran dar detalles de los agresores; la ejecución fue rápida, precisa y silenciosa, como si los asesinos hubieran planeado cada segundo del crimen.
Agentes de la fiscalía estatal llegaron poco después para iniciar con las investigaciones.peritos recolectaron casquillos y revisaron la zona en busca de cámaras de seguridad que pudieran dar alguna pista.
hasta el momento, la identidad del fallecido sigue siendo un misterio: ningún familiar se presentó en el lugar para reconocerlo, y no hay certeza de que fuera habitante de la colonia.
Este asesinato no fue un hecho aislado: en menos de tres horas, otro hombre fue ejecutado en la zona metropolitana de guadalajara, dejando un saldo sangriento que con- firma la escalada de violencia en la ciudad.
las balas, una vez más, marcaron el destino de un hombre que cayó muerto en plena vía pública, recordando a todos los tapatíos que la muerte acecha en cada esquina.