Muchos Optaron por Consumir a Negocios Locales

La Comparten con Chocolate Caliente, Leche o Café, y Reunidos en Familia o con Amigos

Por Elizabeth Ríos Chavarría

Con chocolate caliente, le­che o café, y reunidos en fami­lia o amigos, es como tapatíos se prepararon para disfrutar la tradicional rosca de reyes; este año muchos optaron por consumir a negocios locales.

Culminando la temporada de festejos, ciudadanos plati­caron para Página 24 cómo es que festejarían ayer por la noche o celebraron por la ma­ñana el Día de los Reyes Ma­gos, acudiendo a su panadería o negocio de confianza a fin de hacerse con la más sabrosa rosa.

Mientras unos señalan su predilección por degustar la tradicional rosca sin ningún tipo de relleno, otros más no dejaron de alabar la creativi­dad de panaderos por generar roscas más innovadoras con múltiples rellenos, frutos y hasta tematizadas.

“Este año me tocó a mí comprar la rosca y me encar­gué una temática de Harry Potter, viene con los colores de las casas de Hogwarts y los muñequitos son persona­jes de la saga. Nada más que sí está más cara, la pedí con relleno de nutella y me costó 650 pesos”, platicó Edith Her­nández.

“Comemos la tradicional porque la acompañamos con chocolate caliente y ponerle más relleno nos resulta más dulce. La partimos por la no­che cuando ya todos estamos en casa. A una cuadra de la casa tenemos una panadería que ya tiene años, mis papás siempre la han comprado ahí desde que me acuerdo y has­ta el día de hoy lo seguimos haciendo, es muy rica, tradi­cional y sobre todo barata”, comentó Cristina Siqueiros.

Aunque no faltaron quie­nes mencionaron que la rosca de reyes la compran en tien­das como Walmart, Sams o directamente en pastelerías de la ciudad como Marisa, otros más hablaron de la facilidad con la que mejor se van a con­sumir en panaderías locales o de barrios, ya que además de apoyar a pequeños comer­ciantes se obtiene un pan ar­tesanal y mucho más rico que los elaborados al por mayor.

“Yo no entiendo el revuelo que se hace por las roscas de Costco habiendo tantas pana­derías por donde quiera.

Antes, no te voy a mentir, la comprábamos en Croissants Alfredo, porque están ricas dentro de lo que cabe, pero de un tiempo para acá se volvió difícil encontrar las de tama­ños más pequeños porque se acaban rápido y optamos me­jor por buscarle en otro lado. Vamos a una panadería que está por el Santuario”, añadió Julianna Zurita.

Con costos variados que fueron desde los 150 hasta los 700 pesos, dependiendo el tamaño, el relleno y el lu­gar en donde se compró, ta­patíos manifestaron su gusto por esta tradición que gene­ra convivencia con familia y amigos, pero sin dejar de reconocer que con cada año que transcurre estos produc­tos se vuelven más caros, lo que los obliga a buscar ne­gocios más locales.