Están Prohibidas, Pero Siguen Funcionando Como si Nada

Por Elizabeth Ríos Chavarría

Fotografía relevante a la nota.

Las máquinas tragamonedas están prohibidas, sin embargo, es común verlas en tienditas de abarrotes y otros establecimientos / Fotos: Francisco Tapia

A pesar de que su uso es ilegal y de vez en vez las au­toridades llevan a cabo ope­rativos para su decomiso y posterior destrucción, en la ciudad prevalecen las famo­sas máquinas tragamonedas.

Fáciles de usar, llamati­vas, con luces de colores y música, y postradas en tiendi­tas de abarrotes u otros esta­blecimientos de barrio, estas maquinitas se han converti­do en un problema del que es difícil desprenderse, pues han demostrado ser adictivas y populares a lo largo de los años, pues siguen más pre­sentes que nunca aun cuando están prohibidas en el estado.

Laura, encargada de una tienda de una abarrotera en Tlaquepaque, señala que estos aparatos siguen siendo la sen­sación entre chicos y grandes por igual, ya que al funcionar con un solo peso se hace bas­tante fácil que quien vaya por un encargo se entretenga en ellas unos minutos.

“Depende de la hora y el día (…), varía porque a la hora de la salida muchos niños la prueban, vienen y le echan sus pesos y aunque no ganan se van como si nada. Por la tarde o noche ya ves de todo, señores, muchachos y así”.

Si bien está consciente que están prohibidas, hasta donde ella sabe el dueño del negocio las renta porque hay un propie­tario de estas máquinas traga­monedas que cada ciertos días va recoger el dinero, por lo que la tienda se lleva una comisión a fin de habilitar su uso.

Farmacias, papelerías, tla­palerías o hasta negocios pro­pios de fritangas cuentan con una, dos o hasta tres maquini­tas tragamonedas que durante todo el día sirven de distrac­ción de aquellos que, con ilu­sión, esperan poder llevarse algo de dinero, a pesar de que es más de lo que gastan.

“A veces te llevas 20 pe­sos, yo me he llegado a ganar 50, pero si le sumas creo que sí a veces terminas poniendo de más o quedas tablas si tie­nes suerte para recuperar lo perdido. No lo sientes tanto (la pérdida de dinero) por­que si no te clavas nomás le echas unos pesos de vez en cuando y ya, pero pues hay de todo ¿no?, tengo vecinos que se la pasan aquí un buen ra­tote”, refirió ‘Sebas’, quien en la ferretería de su colonia en Guadalajara existen un par de estas maquinitas.

Los reglamentos munici­pales prohíben su uso, sin em­bargo, a decir de ciudadanos parece que o los operativos no son suficientes o simplemente las autoridades son omisas, pues su proliferación se man­tiene activa a pesar de la adic­ción que puede generar en las personas y el dinero que roba por igual.