Critican deficiencias de Seguridad

El combate a la delin­cuencia, desde hace algunas décadas, se ha hecho desde la trinchera gubernamental mediante el manejo de las estadísticas, que obedecen a una serie de factores, expre­só el titular de la Defensoría de los Derechos Universita­rios de la UdeG, doctor Dan­te Haro Reyes.

Al participar en el Con­greso Sobre Seguridad Pú­blica, Análisis, Retos y Pers­pectivas, que tiene como sede el Centro Universitario de Ciencias Económico Ad­ministrativas (CUCEA) de esta Casa de Estudio, en la mesa “La incidencia delicti­va, su medición y el impacto social”, Haro Reyes expresó que en cuanto a las estadís­ticas hay instituciones serias que lo pueden hacer y otras que sesgan la información.

“Es difícil poder distin­guir a la seguridad objetiva, que es la que tiene que ver con los datos duros y la sub­jetiva, que es la percepción que tienen las personas de sentirse libres, ausentes de todo daño o riesgo”, apuntó.

Compartió que Jalisco se encuentra entre las cinco en­tidades del país que suman más de 50 por ciento de los delitos de alto impacto. A ni­vel nacional, si se preguntara si hay un México seguro o in­seguro, habrá que ver de qué parte del país hablamos, ya que lugares como Los Cabos o Mérida están por debajo de la media nacional, y hay diferentes explicaciones; no es que no haya delincuencia, sino que hay un control más adecuado de la seguridad.

“Uno de los actores prin­cipales para combatir la inse­guridad son los policías, que tienen una serie de deficien­cias. Hoy como nunca antes existe un abandono federal en el tema y a las corporaciones policiacas, sobre todo muni­cipales, les quitan recursos. Además, ese camino de la militarización de la seguridad pública nos lleva a la percep­ción negativa de la ciudada­nía”, indicó.

El Coordinador del docto­rado en Derecho, del Centro Universitario de Ciencias So­ciales y Humanidades (CUC­SH), doctor Arturo Villarreal Palos, declaró que afortunada­mente desde hace más de 20 años se ha dejado de depen­der de las estadísticas guber­namentales, y eso es un paso muy importante para la medi­ción de la criminalidad.

“La sociedad civil ha es­tado abriendo espacios, so­bre todo a partir de las en­cuestas de victimización, que son muy importantes para quienes diseñan la política anticriminal y generan las políticas públicas, no sólo en materia de control de la cri­minalidad, sino para quienes modelan las leyes”, dijo.

Añadió que se suelen dise­ñar políticas públicas basadas en la intuición y experiencias personales, que no son siempre acertadas; lo mejor es auxiliar­se de mecanismos que aportan otras disciplinas.

“De cada 100 delitos que se cometen en el país, la au­toridad no conoce de 93, y de esos siete que entran al siste­ma penal la probabilidad de sentencia es quizás de uno, y ese siete por ciento basta para colapsar a las prisiones”, seña­ló.

El Jefe del Departamento de Estudios Interdisciplinares de Ciencias Penales del CUC­SH, doctor Rogelio Barba Álvarez, dijo que tenemos un código penal diversificado en el país, con tipos penales que no coinciden en razón de las penas y configuración de los delitos.

“En Nuevo León y Gua­najuato no se establece el concepto de ‘delito’; en Ta­maulipas y Nuevo León aún reconocen la autoría intelec­tual, que ha desaparecido.Te­nemos que analizar cada uno de los códigos penales para poder aportar cuál es la medi­da preventiva y política crimi­nal a seguir para contener a la criminalidad”, subrayó.

Como juristas se tiene la obligación de analizar, estu­diar, proponer un sistema pe­nal acorde con las necesidades políticas y criminales de la so­ciedad, agregó.

El Director del Observato­rio Ciudadano Jalisco Cómo Vamos, maestro Augusto Cha­cón Benavides, compartió que la encuesta correspondiente a la calidad de vida de 2022 re­veló que los tapatíos confían muy poco en la policía.

“En una encuesta del uno al cinco, donde uno es nada y cinco es mucho, las tapatías y los tapatíos confían 2.7 en la policía y 2 en el Estado. Si los crímenes son posibles, suce­derán sin que alguien lo impi­da, porque desde esta misma concepción de la incidencia delictiva hay un elemento que lo potencia, la impunidad”, apuntó.

La mesa fue moderada por la doctora Aurea Esther Gri­jalva.