Supermercados Socavan Paulatinamente el Oficio a los Panaderos

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Los precios del pan de muerto elaborados en panadería locales van desde los 15 hasta 80 pesos, dependiendo del tamaño del mismo. Mientras que en los supermercados los precios llegan a triplicarse/Foto: Francisco Tapia

Panaderos en diversas co­lonias de la Zona Metropo­litana de Guadalajara tienen listos los panes de muerto.

Este tradicional pan que se come en los días previos y durante la celebración del Día de Muertos, es cada vez más comercializado por grandes cadenas de supermercados, algo que ha minado paulati­namente el oficio a los pana­deros locales.

“Que se ponga la gente a ver que las panaderías como esta es uno de los lugares en donde se prepara a conciencia y con mucho sabor, porque vemos que en muchas tiendas venden ya panes rellenos y de coco y de diversos sabores, pero lo tradicional es lo más rico, lo mejor; no hay como los panes que se hacen así en una panadería porque son he­chos a conciencia, usted pón­gase a ver que los panes que se venden de panadería duran varios días y los que son de los supermercados duran uno o dos días cuando mucho y luego se hacen feos”, dijo la encargada de una panadería entrevistada por Página 24.

Sin embargo, los negocios locales se rehúsan a morir. Y es que en varias de las panade­rías se preparan miles y miles de piezas de pan de muerto, las tradicionales únicamente que son espolvoreadas con azúcar y que llevan un baño de mantequilla.

“Bien bueno el pan oiga, nosotros estamos ya esperan­do a toda la gente y la verdad que gracias a Dios sí hemos estado vendiendo mucho y es mejor que la gente haga su pedido con tiempo porque a veces se acaba. Y es muy tra­dicional para poder cenar con un chocolate o un vaso de le­che”, agregó la entrevistada.

Prácticamente en todas las tiendas de abarrotes se pue­den conseguir ya los panes de muerto, los precios van desde 15 hasta 80 pesos, dependien­do del tamaño del mismo.

En los supermercados se pueden comprar panes de muerto rellenos de chocola­te, crema pastelera, crema de avellana, y hasta de mermela­da de coco. Sin embargo, los precios llegan a triplicarse.