Lo Hacen al Menos una vez al mes
72% Reportó que Puede Reconocer Señales o Síntomas del Cáncer de Mama, Pero Solo 23% Dijo Saber Cómo se Hace la Autoexploración Mamaria: Encuesta de la UVM
En el contexto del llamado mes rosa, dedicado a concientizar y sensibilizar sobre la importancia de la prevención ante el Cáncer de Mama, el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México realizó la encuesta Hábitos preventivos en la salud de las mujeres para conocer también la perspectiva sobre prácticas saludables de higiene, así como estigmas asociados a la salud ginecológica, sexual y reproductiva
Un tercio (31%) de nuestros encuestados (mujeres y hombres) reportó saber de algún caso en la familia con cáncer de mama, mientras que más de la mitad (56%) dijo conocer algún caso entre amigos o conocidos. Asimismo, 11% calificó muy bueno y 52% bueno al servicio de salud público para atender el cáncer de mama; en contraste con el 27% que lo calificó malo y 10% muy malo.
En cuando a los hábitos de prevención, 72% de las mujeres reportó que puede reconocer las señales o síntomas del cáncer de mama, sin embargo, solo 23% conoce plenamente el procedimiento de autoexploración mamaria, 49% lo conoce a grandes rasgos, 25% lo conoce poco y 3% no lo conoce.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, se recomienda realizar la autoexploración mamaria al menos una vez al mes a partir de los 20 años. No obstante, solo el 43% dice hacerlo con esa frecuencia mensual, 28% lo lleva a cabo al menos una vez cada seis meses, 14% al menos una vez al año, 7% cada vez que ve una campaña en medios de comunicación y 8% declara nunca hacerlo. Este hábito auto exploratorio varía por rango edad, siendo las mujeres en edades más jóvenes quienes menos lo realizan: solamente un tercio en los rangos de 18 a 24 años (34%) y de 25 a 34 (30%) hacen esta revisión al menos una vez al mes.
Derechos menstruales
Recientemente han surgido iniciativas y discusiones relacionadas con la licencia menstrual y la accesibilidad a productos de higiene menstrual. Con el propósito de enriquecer esta discusión, este estudio exploró algunos aspectos de cómo viven las mujeres este proceso fisiológico encontrando que aproximadamente la mitad de las mujeres encuestadas experimentan una frecuencia considerable de dolores menstruales que afectan su capacidad para llevar a cabo sus actividades laborales o educativas con normalidad. En detalle, 26% informó que en el último año siempre experimentó dolores menstruales durante su período; 29% dijo que casi siempre; 25% reportó que casi nunca y 20% afirmó que nunca los sufrió.
Ante la pregunta sobre qué deberían hacer las mujeres y las personas menstruantes que estudian y/o trabajan, cuando presentan malestares (cólicos), la mayoría de las encuestadas (44%) dijo que deberían tener derecho a medicamentos gratuitos o subsidiados que alivien su dolor, para que puedan seguir con sus actividades; 38% contestó que deberían tener derecho a solicitar una licencia para descansar durante ese periodo y solamente 18% declaró que deberían continuar con sus actividades de forma normal. En contraste, 53% de los hombres (9% más que las mujeres) considera que deberían tener derecho a medicamentos gratuitos o subsidiados, 33% que deberían tener derecho a una licencia y 14% que realicen sus actividades con normalidad.
En relación al costo de los productos de higiene menstrual, resulta notable que tanto el 49% de las mujeres como el 49% de los hombres opinan que estos artículos deberían estar exentos de impuestos. 44% de las mujeres y 42% de los hombres sostienen que deberían ser proporcionados de forma completamente gratuita. Solamente 7% de las mujeres y 9% de los hombres consideran que estos productos deberían mantener su precio actual.
Hábitos de prevención ginecológica
Aunque se recomienda que las mujeres acudan al ginecólogo por primera vez después de su primera menstruación o antes de cumplir los 15 años si aún no han tenido su primer periodo, la mayoría de las mujeres encuestadas (39%) informa que tuvo su primera consulta ginecológica entre los 21 y los 30 años. En términos generales, se observa una tendencia leve a que las mujeres acudan a revisiones ginecológicas a edades más tempranas. Por ejemplo, el 21% de las mujeres en el rango de edad de 18 a 24 años, el 17% en el rango de 25 a 34 años y el 25% en el rango de 35 a 44 años acudieron al ginecólogo antes de los 18 años. Esto contrasta con el 13% en el rango de 45 a 54 años y el 12% en el grupo de 55 años o más que acudieron antes de los 18 años. Sin embargo, cabe destacar que las mujeres más jóvenes, de 18 a 24 años, son las que menos han acudido al ginecólogo por primera vez, con casi la mitad (47%) reportando que nunca lo ha hecho, seguidas por el 7% del grupo de 25 a 34 años y finalmente el 5% del grupo de 35 a 44 años.
Los principales motivos por los que asistieron por primera vez al ginecólogo fueron por el comienzo de la vida sexual (33%), un malestar, enfermedad o cambio (31%), prevención (11%), embarazo (10%), consideraban que ya estaban en edad de acudir (8%) y por la primera menstruación (6%).
Respecto a la frecuencia con la que las mujeres acuden a una revisión ginecológica que incluya colposcopia y citología vaginal, procedimientos que permiten detectar y diagnosticar enfermedades asociadas al cáncer cérvico-uterino, la mayoría asiste en los parámetros recomendados, pues 49% reporta asistir anualmente y 29% cada dos o tres años. Sin embargo, 8% dice asistir en el rango de cinco a diez años y un alarmante 14% solo acude cuando ha sentido un malestar.
Atención ginecológica
Un tema crítico es la violencia ginecológica. A pesar de que la mayoría de las encuestadas informa haber tenido experiencias bajo parámetros profesionales, también hay quienes han enfrentado situaciones negativas. Entre ellas, destaca que el 29% de las encuestadas estuvo muy de acuerdo o de acuerdo en haber experimentado movimientos bruscos o dolorosos durante sus consultas ginecológicas; 15% en haberse sentido juzgadas por sus prácticas sexuales; y 12% recibió comentarios inapropiados de índole sexual.
18% reportó que tuvieron que acudir a más de un especialista para obtener algún diagnóstico por enfermedad ginecológica o infección de transmisión sexual. Frente al diagnóstico por enfermedad ginecológica, 83% dijo estar muy de acuerdo y de acuerdo con haber recibido información adecuada para atenderse, no obstante, 31% está muy de acuerdo y de acuerdo con haber sentido miedo o vergüenza por su diagnóstico, y 14% por sentirse juzgada por el especialista. En cuanto a algún diagnóstico por infección sexual, 88% dijo estar muy de acuerdo y de acuerdo con haber recibido información adecuada para atenderse, aunque 40% está muy de acuerdo y de acuerdo con haber sentido miedo o vergüenza por su diagnóstico, y 17% por sentirse juzgada por el especialista.
Durante y después del parto
Resulta alarmante la frecuencia reportada por algún síntoma de depresión después del parto, ya que alrededor de la mitad reportó haber experimentado trastornos del sueño (62%), tristeza o ansiedad inexplicable (53%) e irritación o ira sin razón (46%). Otras afecciones reportadas fueron sentimientos de inutilidad, culpa o desesperanza (40%), dificultad para recordar cosas (29%) y sentirse desconectada del bebé (22%). Solamente un cuarto (25%) de las mujeres que reportó alguno de estos síntomas buscó ayuda para tratarlos.
Asimismo, un cuarto de las mujeres que han tenido un parto experimentó algún tipo de violencia obstétrica antes, durante o después del parto: 26% está muy de acuerdo o de acuerdo con haberse sentido juzgada por expresar sus emociones, 24% con que el personal médico ignoró sus miedos e inquietudes, 24% con que quedó expuesta a la vista de personas que no eran parte del equipo médico, 24% con que fue tratada por el personal médico como si fuera incapaz de comprender los procedimientos, y 20% con que sus opiniones o peticiones no fueron tomadas en cuenta.