Empedrado y adoquín está suelto

“Están Para Ponerse a Llorar, ya Quisiéramos que Viviera así el Presidente, a ver si Estaría Conforme, Pero Claro, Como no Trabaja ni Hace Nada por Esta Colonia, Estos son los Resultados”, Truenan Vecinos

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

a calle Administradores, es una de las más maltratadas. El empedrado y adoquín de la mayoría de las calles está brotando del suelo/Foto: Francisco Tapia

Persisten las pésimas con­diciones en las calles de la colonia Arcos de Guadalupe, en Zapopan.

Con la llegada del temporal también llegaron los problemas, pues el empedrado y adoquín de la mayoría de las calles está bro­tando del suelo, Aunque lo han reportado hasta el cansancio los vecinos la ayuda por parte del ayuntamiento nunca llega.

“Ahorita que ya empezó a llover y se pone así, como que se desacomoda todo, las pie­dras, el adoquín, todo queda bien feo, y pasa uno y pega el carro por todos lados”, lamentó Juan Martínez, uno de los veci­nos entrevistados.

Y agregó: “Están para po­nerse a llorar, ya quisiéramos que viviera así el presidente, a ver si estaría conforme, pero claro, como no trabaja ni hace nada por esta colonia, estos son los resultados, una colo­nia en malas condiciones, que hasta se nos devalúan las ca­sas por lo mal de la calle, que lamentable la verdad, ojalá que lea esto el presidente y se ponga ya en acción, porque si sigue esto así no vamos a vol­ver a votar por él, eso es un hecho”, dijo.

Diferentes calles de la colo­nia están en pésimas condicio­nes, sin embargo, la que tiene por nombre Administradores, es una de las más maltratadas.

Al dar un recorrido por esta zona vimos que el empedrado se ha desprendido en la mayo­ría de las cuadras. Así mismo, el adoquín de las calles también está suelto y en algunos casos ya hay hasta baches que causan constantemente problemas a los automovilistas.

El problema se agrava aún más al cerciorarnos de que prácticamente no hay banquetas en esta colonia, pues muchos de los vecinos han extendido sus propiedades hasta el límite del arroyo vehicular, en tanto que otros tienen un pedazo de ban­queta a desnivel, es decir, las personas con discapacidad di­fícilmente pueden caminar por esta comunidad.