“Ahora Para Pasar hay que Pisar las Tumbas”

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Voracidad sin límite. Pablo Lemus, presidente municipal de Guadalajara vendió hasta los pasillo del panteón San Andrés, como nuevos terrenos para que sean enterrados los tapatíos/Fotos: Francisco Tapia y Especial

Hasta los pasillos del pan­teón San Andrés en Guadala­jara fueron vendidos, denun­ciaron ayer a Página 24 tapatíos molestos.

Y es que en este cemen­terio que se ubica en la calle Felipe Ángeles al cruce con Pablo Valdez, al oriente de la ciudad, se empezaron a ven­der espacios que eran áreas comunes, pero ya no hay de otra, para ir de un lado a otro del cementerio, se debe de pasar por encima de las tum­bas de los que ahí hicieron su última morada.

“Yo tengo a mi esposa enterrada aquí y me moles­ta mucho que al lado de su tumba empezaron a vender los espacios, era el pasillo, y lo que más me molesta es que ahora para que pasen de un lado a otro tienen ue estar pisando la tumba de mi es­posa, no se vale, se supone cuando vendieron aquí, que iba a haber pasillos, para que la gente pasara, para que la gente tuviera respeto por los difuntos, y ahora no sé si es por la voracidad de los que están en la venta de los espa­cios o por qué, lo que pasa es que están vendiendo en todos lados, no es justo, no nos es­tán respetando los papeles que nos dieron hace muchos años cuando compramos los espacios aquí”, dijo el señor Adalberto González, uno de los ciudadanos que denuncia­ron el caso a Página 24.

“Nosotros queremos que se respeten a los difuntos. Es muy molesto y hasta in­digno que tengan que estar pisando las tumbas, están pisando a la señora, cómo creen que voy a permitir que eso esté pasando, no se puede y no lo voy a permi­tir, entonces, o hacen algo, o de plano que nos den otro espacio en otro lugar porque como digo, no puedo permi­tir que mi señora esté siendo pisada por todo mundo”.

El asunto ya lo habíamos publicado en este diario, y pese a que la autoridad muni­cipal se había comprometido a que esto no sucedería, el problema sigue latente.

Tres ciudadanos denun­ciaron el caso a este repor­tero, y aseguraron que ya interpusieron quejas ante el ayuntamiento, pero no hay respuesta.