Abril 27, Ciudad de Méxi­co (apro).– La exseleccionada nacional de natación artísti­ca, Teresa Alonso, denunció que la entrenadora Adriana Loftus dirige a este equipo como si fuera una empresa que sólo busca generar in­gresos para ella “a costa de sus trabajadores, nosotros los atletas”, y se quejó de que las nadadoras no dicen nada sobre las denuncias que tiene por discrimina­ción, violencia, corrupción y nepotismo.

En un video que compar­tió en su cuenta de la red so­cial Instagram, Alonso lanzó un duro cuestionamiento a sus excompañeras, quienes hace unos días anunciaron que venderían trajes de baño para pagar su prepa­ración para competencias internacionales, luego de que la directora de la Co­misión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Ana Guevara, suspendió la entrega de dinero público por el problema que existe entre la Federación Interna­cional de Natación y el ex­presidente de la Federación Mexicana de Natación, Kiril Todorov.

“¿Realmente lo hacen porque no tienen recursos económicos o estos recur­sos los quieren desviar a su vida personal gastando en rentas en la colonia Conde­sa o en un automóvil de me­dio millón de pesos? ¿Real­mente es por México? En mi opinión, si fuera por México alzarían la voz por todas las atletas que valientemente han alzado la voz después de un abuso sumamente grave. Si fuera por México no se trataría a la selección nacional de natación artís­tica como una empresa ca­pitalista (sic)”, cuestionó la deportista en retiro.

Teresa Alonso fue enfática al recordar el daño emocio­nal y físico que Loftus le pro­vocó con sus maltratos no sólo a ella, sino a otras com­pañeras: bulimia, anorexia, ansiedad y depresión, lo que ocasionó que terminaran en el hospital. “Samantha Flo­res, a quien obligaba a per­der un kilo de peso diaria­mente, por lo que lo único que comía por día era una lata de atún”.

Alonso recordó que en esta “empresa” llamada se­lección nacional, Adriana Loftus metió a su hermana y contrató como coach mo­tivacional a su esposo, quien se “burlaba y humillaba a si­cólogos y siquiatras, por lo que era impensable ir con un profesional de la salud; muchas de nosotras íbamos a escondidas”.

También dijo que Loftus siempre les pide a las nada­doras un porcentaje de los premios económicos que reciben y que las seleccio­nadas cuentan con recursos adicionales a los que otorga la Conade, pues la Secretaría de la Marina y de la Defensa Nacional les da dinero por entrenar y competir. Ese di­nero Loftus lo comparte con su esposo.