Por Niza Rivera

Abril 19, Ciudad de México (apro).– La máxima condecoración que entrega el Senado de la Repú­blica Mexicana, la “Medalla Belisario Domínguez” se otorgó por unani­midad ayer por la tarde a la escrito­ra y periodista, Elena Poniatowska (París, Francia, 1932).

En sesión solmenne en la Cáma­ra Alta, se le entregó el reconoci­miento por su aportación a las letras mexicanas y visibilizar situaciones socio-históricas de México.

Ataviada con el mismo vestido con el que recibió el Premio Cervan­tes de Literatura en el año de 2014 (la presea correspondió al 2013), la autora de ‘La noche de Tlatelolco’ (1971), llegó a la antigua sede del Senado acompañada de un comité conformado por diversos miembros de la cámara alta, y sosteniendo la mano de la actriz Jesusa Rodríguez. Al subir al estrado Poniatowska reci­bió aplausos.

Con la presencia de invitados que incluyeron a Rutilio Escandón Cadenas, gobernador de Chiapas, al secretario de Gobernación, Adán Augusto López –en representación del presidente Andrés Mannuel López Obrador –y Santiago Creel, presidente de la Cámara de Dipu­tados, se vivió un momento tenso cuando Sasil de León, del Partido Encuentro Solidario, encargada de recordar la trayectoria de Ponia­towska, tomó parte del discurso para mencionar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación no aprobó la transferencia de la Guar­dia Nacional a la Secretaría de De­fensa Nacional (Sedena).

Lo anterior provocó molestia en­tre senadores con gritos de “¡Fuera , fuera, fuera…!”, y “denuncias” de ha­berse rotó el “pacto” para respetar el acto de entrega de la medalla.

Ya en su turno en el micrófono, y con la sonrisa que la caracteriza, Poniatowska realizó un breve reco­rrido por los merecedores de la Be­lisario Domínguez, haciendo énfa­sis especial con la presea entregada a la luchadora social Rosario Ibarra de Piedra (lo cual mereció aplausos en el Senado), y recordar cómo ini­ció con su labor en el periodismo, afirmó:

“Ahora en 2023, cuando cumplo 91 años, y todavía subo la escalera de la canción, que dice que para su­bir al cielo, se necesita una escalera grande y otra chiquita (en referencia al tema ‘La bamba’), el Senado de la República me concede la enorme, la enorme distinción, entregada a quienes tanto he admirado. ¿Algu­na vez lo imaginé? No”.

“Los premios que se abren de pronto son un regalo, una posibili­dad del futuro y un reconocimiento al pasado, para los que como yo se despiden”.

Al final del discurso los aplausos a Poniatowska cerraron el acto.