Calandrieros retan al alcalde Pablo Lemus

“No vamos a tomar una calandria eléctrica, eso es un carrito eléctrico, no es una calandria… ya que se dejen de cosas, no hay maltrato animal”

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

En Guadalajara quedan 39 calandrias jaladas por caballos, según datos de Pablo Lemus/Fotos: Francisco Tapia y especial

Aunque sean deseos del alcalde Pablo Lemus, los ca­landrieros de Guadalajara dicen que no cambiarán sus caballos por una calandria eléctrica.

Y es que hace unos días el presidente municipal tapa­tío dejó en claro que tiene en mente concluir la sustitución de calandrias jaladas por ca­ballos a eléctricas. Quedan 39 de estos carruajes, de acuerdo con Lemus Navarro, pero los calandrieros fueron tajantes y le advirtieron al emecista que no lo van a permitir.

“Nosotros no vamos a de­jar que se lleven a nuestros caballos y no vamos a tomar una calandria eléctrica, eso es un carrito eléctrico, no es una calandria, es un simple carro eléctrico, y ya que se dejen de cosas, no hay maltrato animal, nosotros tratamos muy bien a nuestros caballos y es un tra­dición que ya lo hemos dicho. No vamos a dejar que se acabe aunque así lo quieran los que están en el gobierno”, dijo uno de los choferes de los carruajes de alquiler.

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Las calandrias eléctri­cas

Pablo Lemus indicó que el precio de las calandrias eléctri­cas es de 727 mil 272 pesos, y su intención, es que se adquie­ran 39 para que se quiten de operación las mismas 39 que aún funcionan siendo tiradas por caballos, estrategia que se tiene contemplada desde el año 2015, pero que por “problemas legales” no se ha logrado con­cretar.

“Pues que ni hagan gasto ellos (gobierno), porque noso­tros no vamos ni a comprar ni a rentar ni siquiera a recibirlas en comodato, no nos interesa (…) Ya una vez nos manifestamos y hasta hubo huelga de hambre, y si eso quieren de nuevo lo va­mos a volver a hacer, porque es como le digo, una tradición, es algo característico de Guadala­jara y que es a lo que nos de­dicamos, a lo que se dedicaron nuestros padres y que se van a dedicar nuestros hijos, es un negocio de tradición familiar. En las ciudades más importan­tes del mundo hay calandrias, o sea que eso de que es por el maltrato animal es mentira, ellos lo que están haciendo es negocio, y nosotros no nos va­mos a prestar a eso”, dijo.

Por ello, quedó el ultimátum sobre la meza al alcalde, si si­guen los intentos por quitar a los caballos, habrá manifestaciones y hasta plantones permanentes.