No redujo el consumo y la producción de sustancias psicoactivas

En cambio, acarrea profundos problemas sociales y sanitarios, deploró Volker Türk, Alto Comisionado

Marzo 15, Ciudad de México (apro).– La “guerra contra las drogas” ha fraca­sado en reducir el consumo y la producción de sustancias psicoactivas, y en cambio acarrea profundos problemas sociales y sanitarios, deploró Volker Türk, Alto Comisio­nado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

En su discurso inaugural de la Comisión sobre Drogas Narcóticas, organizada por la Oficina de las Naciones Unidas para los Delitos y las Drogas (ONUDC), Türk ase­veró que “décadas de estrate­gias punitivas de guerra con­tra las drogas han fracasado en prevenir el incremento de los tipos y las cantidades de sustancias producidas y con­sumidas”.

“Los delitos relacionados con las drogas han llevado a que mucho más de 2 millones de personas estén actualmen­te en la cárcel, en 35 países se prescribe la pena de muerte para delitos relacionados con las drogas”, agregó.

El funcionario interna­cional deploró que algunos gobiernos “han declara­do una mal llamada guerra contra su propia gente por la delincuencia relacionada a las drogas, o militarizado las acciones policiales con­tra las drogas y, en algunos casos, recurrido a medidas como ejecuciones extrajudi­ciales generalizadas”.

Aunque compartió el diag­nóstico sobre el aumento del número de consumidores y de la oferta de drogas, y que re­conoció la necesidad de prio­rizar la atención a la salud de las personas que usan drogas, Ghada Fathi Waly, la directo­ra ejecutiva de la ONUDC, insistió en la “necesidad” de reafirmar que los circuitos de drogas ilegales “siguen siendo una amenaza muy real a la paz, la seguridad y el desarro­llo”, e incentivar la colabora­ción internacional para luchar contra ellos.

Desde hace varios años, al­gunos países de la comunidad internacional han abogado por abandonar el acercamien­to al tema de las drogas según un enfoque punitivo o militar, y por considerarlo como un tema de salud pública. A raíz de este planteamiento, las po­líticas globales de drogas han estado oscilando entre estas dos posturas, incluyendo en la UNODC.

Así, Fathi planteó un en­foque más securitario del tráfico de drogas, pues lo relacionó con otros delitos, como la trata de personas o el terrorismo.

“El problema de drogas en el mundo ha evolucio­nado, y necesitamos adap­tarnos de manera urgente”, insistió Fathi, quien llamó a los gobiernos a encontrar un “consenso global renova­do” en materia de drogas, y a destinar “atención y recur­sos” para concretarlo.

“Leyes, políticas y capa­cidades deben actualizarse con las amenazas emergen­tes, ya que los traficantes sa­can provecho de las nuevas tecnologías, como la dark web y las criptomonedas, la producción de drogas sinté­ticas prolifera y nuevas sus­tancias psicoactivas siguen emergiendo”, agregó.

En una postura más radi­cal, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefa­cientes (JIFE) planteó su re­chazo a la tendencia global a la despenalización del uso de la marihuana, advirtió sobre el incremento del tráfico de cocaína y la epidemia de so­bredosis por el consumo de fentanilo en Estados Unidos, y urgió a los gobiernos a res­petar los tratados que firma­ron en materia de combate a las drogas.