Daniela exige respuestas a la UdeG, a Enrique Alfaro y al Poder Judicial

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Alrededor de cien personas se reunieron afuera de la rectoría de la casa de estudios, en Palacio de Gobierno y en el Tribunal de Justicia para demandar que haya acciones tras el abuso sexual perpetrado en 2015 en contra de Daniela Báez, perpetrado por un profesor de la preparatoria de Chapala/Foto: Francisco Tapia

“Justicia simulada no es justicia” y “David no es un profesor, es un abusador”, retumbó ayer por la mañana en las calles de la colonia Americana, en Guadalajara, la rectoría de la Universidad de Guadalajara fue el esce­nario de una peculiar mani­festación.

Daniela Báez, una jo­vencita que fue víctima de abuso sexual infantil a ma­nos de su profesor en la es­cuela preparatoria regional de Chapala se manifestó ayer en la rectoría de la casa de estudios, fue también a Palacio de Gobierno y al Consejo de la Judicatura, la consigna era la de exigir justicia en su caso, pues nin­guna de las instituciones la apoyó; incluso desestimaron su denuncia presentada en la Fiscalía General del Estado (FGE).

Con alrededor de casi un centenar de personas, Da­niela Báez hizo un llamado enérgico al rector general de la UdeG, Ricardo Villanueva Lomelí, para que le diera res­puestas.

“A la Universidad de Gua­dalajara: que me sea transpa­rentado, en su totalidad, cuá­les acciones ejercieron y qué resolutivos se acordaron des­de la presentación de mi de­nuncia, la separación del car­go de mi agresor y qué cuerpo normativo fue aplicado. Ade­más, exijo que se me informe qué medidas se han tomado en contra de Juan Ramón Ál­varez López y Anel Mendoza Padilla, director y orientadora educativa, respectivamente, en el momento que se susci­taron los hechos debido a las omisiones que presentaron cuando se enteraron de mi asunto en 2015”, dijo.

Recordó que fue obligada a sostener relaciones sexua­les con su profesor, toda vez que este le daba alcohol, y que incluso la grabó desnuda practicándole sexo oral, arma que usaba constantemente para amagarla y obligarla a repetirlo.

Hizo también un llamado al gobernador Enrique Alfa­ro Ramírez, a quien le exigió que no deje que su caso quede en el olvido, ya que el minis­terio público cometió varias arbitrariedades en la presenta­ción de la acusación formal al imputado.

“Al Gobierno del Esta­do de Jalisco: que cese sus omisiones en materia de pre­vención, atención y sanción a la violencia de género que azota de manera tan impune a nuestra entidad y que evite la generación de discursos que revictimicen a las mujeres”.

En punto de las 10:30 de la mañana, Daniela en com­pañía de su madre, hermanos, amigos, familiares y simpati­zantes a su causa, encabezó la protesta en el edificio ad­ministrativo de la casa de es­tudios.

De ahí, caminaron has­ta el Palacio de Gobierno, donde entregaron un escrito para exigir la actuación in­mediata del mismo Enrique Alfaro. Fue recibido este por la Subsecretaría de Asuntos del interior y luego de casi dos horas de protesta, fueron a hacer lo propio al Supremo Tribunal de Justicia y al Con­sejo de la Judicatura del esta­do de Jalisco.

Ahí se le prometió que abrirían una investigación contra el juez de oralidad que atendió su caso el año pasado, pues este es acusado de obs­taculizar el proceso y de no excusarse por un “conflicto de intereses”, ya que juzgó a un maestro de la universidad de Guadalajara, cuando él mismo es profesor adscrito a la Divi­sión de Estudios Jurídicos del Centro Universitario de Cien­cias Sociales y Humanidades (CUCSH).