Puertas de estaciones permanecen abiertas

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

El riesgo de caer al arroyo vehicular y ser atropellado por el transporte articulado es latente, pese a que las autoridades aseguraron que las puertas se cerrarían automáticamente, esto no ocurre en la actualidad. Además, ya no hay pantallas que indican hora de llegada de las unidades/Foto: Archivo Página 24

La inseguridad y el aban­dono de las autoridades, pu­lula en las estaciones del ser­vicio de transporte Peribús en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

Y es que las puertas de mu­chas estaciones permanecen abiertas, y el usuario queda expuesto a caer en el arroyo vehicular del carril exclusivo para que pasen los camiones que brindan el servicio.

“Pues sí es cierto, las puertas si se quedan abiertas y eso pasa en casi todas las estaciones, y ya habían dicho que no iba a pasar, pero pues como si no pasara nada por­que siguen las puertas así, y sí nos preocupa porque por un decir, si viene una señora con niños que es común que pase, pues ya sabe cómo son los niños, se acerca mucho uno y si se cae cuando venga el camión, qué va a pasar, se va a perder una vida, y como dicen, muerto el niño a tapar el pozo, y no hay que esperar­se a que eso suceda, que no sean irresponsables, que sean conscientes, porque cobran caro, no es que no es estén regalando el servicio”, dijo la señora Ofelia Marcial, una de las entrevistadas.

Y siguió: “Yo a veces me subo con mis nietos y sí me da mucha preocupación por­que son tremendos, y pues siempre trato yo de que no se acerquen, pero insisto, ya sabe cómo son los niños, son inquietos por naturaleza y uno se preocupa por ellos, y aun­que no sean propios, aunque sean ajenos, un niño es un niño, que no sean inconscien­tes insisto, por favor, le ha­cemos un llamado al gober­nador o al que le toque, que se pongan atentos por favor”, dijo.

Nosotros mismos hicimos ayer un recorrido por varias de las estaciones del servicio de Peribús, y al menos en las que van desde Felipe Ruval­caba hasta Ciudad Judicial, la constante es que las puertas queden abiertas, es decir, no se abren y cierran automá­ticamente como se había di­señado para cada una de las estaciones.

Asimismo, trasciende que no hay pantallas que anuncien la llegada y salida de cada uno de los camiones como sí pasaba hasta hace unos meses.