“Justicia que llega tarde no es justicia”, critican

Con extrema lentitud se resuelven los asuntos en estos órganos jurisdiccionales de la zona metropolitana; urge que el presidente del Poder Judicial se ponga en el lugar de las personas, pues hay menores que están creciendo alienados, lejos de sus padres, por el desamparo de la justicia

Por Rafael Hernández Guízar

Los juzgados familiares en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) están colapsados, así lo expresaron ayer abogados postulantes que criticaron la lentitud con la que resuelven dichas insti­tuciones.

A 18 días de haber iniciado el año, es cada vez más notoria la dilación con la que se traba­ja al interior de estos órganos jurisdiccionales, incluso hay asuntos que está prácticamen­te detenidos, una situación que ha dejado a miles de personas en estado de indefensión y con daños irreparables.

“Pues por ejemplo, tene­mos nosotros un caso en el despacho donde desde el mes de octubre se tramitó un inci­dente para anular todo lo ac­tuado en un asunto de custodia y alimentos porque no se no­tificó a nuestra cliente, y pese a que tenemos la razón no se ha trabajado, no han resuelto y repito, la razón nos asiste y no hay luz en el asunto, es una madre que ha sido explotada por su excónyuge y que así lo ha favorecido el juez, que no ha podido convivir con sus hijos, y lo peor es que el fulano es un vividor que se mantiene con lo que le quitan a nuestra clien­te que es casi todo su salario, una total injusticia”, lamentó Javier Covarrubias, uno de los abogados entrevistados.

Pero los daños son tales, que muchos de los asuntos serán irreparables, una clara violación a la legalidad y a los preceptos constitucionales de justicia “pronta y expedita”, agregó el abogado.

“Pues ya lo dice el dicho, que justicia que llega tarde no es justicia, yo le diría a nues­tro magistrado presidente del Consejo de la Judicatura, al magistrado Daniel Espinosa Licón, que se ponga en el lu­gar ya no de la madre, de los hijos por ejemplo del caso que mencioné, que han crecido alienados, que ahora gracias a que su padre les ha envenena­do la cabeza y el alma ya no tienen casi contacto ni amor por su madre, qué va a pasar con eso, no hay manera de re­parar el daño, cómo reparas el amor de un hijo que se ha per­dido por su padre o su madre; cómo reparas el tiempo perdi­do gracias a la incompetencia de un juez, cómo logras que esas desgracias se borren, eso no va a olvidarse y superarlo va a ser muy difícil, cuánto van a costar las terapias psi­cológicas, quién las va a pa­gar, cómo se puede garantizar que en verdad haya la aten­ción al interés superior de la niñez si el mismo gobierno, el que debería de proteger y velar por los derechos de los niños, los está pisoteando y machacando, eso es irrepara­ble”, destacó.

Destacan casos extremos como el del juzgado décimo, el sexto, el noveno y el octa­vo de lo familiar, siendo estos sólo unos cuantos de los mu­chos juzgados que actúan por fuera del marco de la legali­dad.

En su descarga, personal de los juzgados han señalado que se debe principalmente a la “fuerte carga” de traba­jo que tiene cada uno de los órganos jurisdiccionales, así como a la falta de personal, pues hay varios de estos que no cuentan con secretarios de acuerdos y otros puestos que son determinantes para la atención de demandas.