Hacen lo que quieren con el horario… y con las personas

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Parece como si los empleados de esta oficina federal estuvieran conspirando para que las personas se cansen y dejen los asuntos por la paz al ver que no caminan; encima de esto, los trabajadores tratan con la punta del pie a quienes acuden al lugar/Foto: Francisco Tapia

Pésimo servicio y tratos indignos proporcionan em­pleados de la Junta Especial número 17 Federal de Conci­liación y Arbitraje con sede en Guadalajara.

Además de trabajar con mucha lentitud los emplea­dos se niegan a prestar los servicios para los cuales cobran un salario a la fede­ración, así lo constatamos nosotros al acudir a este sitio acompañando a un ciudada­no que desde el 2020 exige justicia por un despido injus­tificado.

“No me quieren atender. No me quieren prestar mi expediente que porque no tienen tiempo y no tienen personal para poder dar ese servicio y quiere que venga otro día y así evento ya tres días seguidos y no me están ayudando y yo estoy muy desesperado ya no sé qué hacer”, dijo José Luis, un ciudadano que desesperado denunció el caso en la redac­ción de Página 24.

“No es justo. Ya me quedé hasta sin abogado porque no tenía para pagarle al abogado, porque tenía que darle mes a mes algo para que llevar a mi caso, y yo me quedé sin tra­bajo, por el tipo de empresa que es tuvimos que venir a esta institución a demandar, pero hasta creo que están conspirando los empleados para que las personas se can­sen y dejemos los asuntos por la paz al ver que no camina, y vea, atienden a uno aquí muy mal, son muy groseros y muy déspotas”, agregó.

Nosotros mismos fuimos testigos de cómo el encargado del archivo se negó a prestar un expediente a una persona, asegurando que él atendía hasta las 12 del día, cuando su horario de salida es a las 3 de la tarde.

Al cuestionarle al respecto dijo: “Háganle como quieran, yo me tengo que ir, ahí dígan­le a la secretaria del presidente de la junta a ver si ella puede venir a prestárselos, yo ya me voy, no me puedo quedar”.

De inmediato pregunta­mos en la presidencia de la junta pero la respuesta fue la misma, que no podían ha­cer nada y que si queríamos información llegáramos más temprano porque aunque el horario de atención es hasta las tres de la tarde, no hay atención a nadie después de las 12.

Y lo peor del asunto, es que así como le sucede a José Luis, muchos otros ciudada­nos pasan por lo mismo, ma­los tratos de funcionarios que se niegan a atender, a brindar un servicio por el que deven­gan un salario, aduciendo que no hay poder alguno que les obligue a ello.