Pueden reducir riesgo de muerte hasta en 40%

Enero 4, Washington, Es­tados Unidos (Prensa Latina).- Realizar dia­riamente breves periodos de actividad vigorosa, como subir escaleras o acelerar el ritmo de las tareas domésticas, puede aportar sustanciales benefi­cios a la salud, según estudios científicos resaltados en una publicación especializada.

Un equipo de investiga­dores dirigido por Emmanuel Stamatakis, científico del ejer­cicio de la Universidad de Síd­ney, Australia, descubrió que realizar tres sesiones diarias de un minuto de actividad fí­sica intensa puede reducir el riesgo de muerte hasta en 40 por ciento.

Estos breves pero vigo­rosos periodos de acción re­ducían también las probabi­lidades de morir de cáncer o enfermedades cardiovascula­res, citó un artículo de Natio­nal Geographic.

Para maximizar los bene­ficios para la salud, Stamata­kis recomendó aumentar la intensidad de las actividades cotidianas.

Subrayó que los resulta­dos para la salud de hacer ejercicio regularmente cuatro o cinco veces por semana, por ejemplo, son obviamente superiores.

El impacto que tienen las breves ráfagas de actividad física de alta intensidad son también reconocidas por Edward Coyle, fisiólogo del ejercicio de la Universidad de Texas, Estados Unidos, quien analizó cómo estas pueden contrarrestar los efectos no­civos de permanecer sentado durante periodos prolonga­dos. Tras realizar un experi­mento en el que adultos jó­venes pedaleaban en una bicicleta estática lo más rá­pido que podían cinco veces cada hora para realizar sprints de cuatro segundos durante un periodo de ocho horas, su equipo observó que esta acti­vidad mejoraba el metabolis­mo de las grasas.

“Me sorprendió compro­bar lo eficaces que eran estas rachas de cuatro segundos. Son igual de eficaces que 30 minutos de ejercicio conti­nuo”, afirmó Coyle.

En sus investigaciones los expertos concluyeron que las personas que realizaban al menos cuatro sesiones diarias de actividad física de alta intensidad, de uno a dos minutos de duración, tenían casi 40 por ciento menos de riesgo de morir de cáncer y 49 por ciento menos de pro­babilidades de fallecer de una enfermedad cardiovascular.