Miles de tapatíos esperan por horas para poder entrar

Por Elizabeth Ríos Chavarría

Fotografía relevante a la nota.

En estos días de vacaciones, cientos de familias y jóvenes hacen fila para poder disfrutar unos momentos de esta atracción instalada en pleno centro histórico de Guadalajara/Fotos: Francisco Tapia

Ya sea porque están en la zona haciendo compras de úl­timo momento o porque qui­sieron simplemente disfrutar de las diversas atracciones que se encuentran por motivo de la temporada, chicos y grandes no perdieron la oportunidad de disfrutar la pista de hielo instalada en pleno centro his­tórico de Guadalajara.

Hace algunos días autori­dades estatales y municipa­les inauguraron la pista para el disfrute de ciudadanos de manera gratuita, y es en este sentido que desde temprano en estos días de vacaciones se han visto a cientos de fami­lias y jóvenes formarse para poder disfrutar de un ratito de esta atracción que cada vez se vuelve una tradición año con año en la ciudad.

“Mis primos están de visi­ta de Estados Unidos, íbamos a venir mañana (el sábado) pero mi hermano vio que no abrirán la pista por las fiestas y pues de una vez estamos acá (…), nos fallaron los tiempos y llegamos como a las 10 y ya tenemos algo esperando, yo creo que sí nos toca”, platicó Sofía Mendoza.

La pista ofrece el servi­cio gratuito de 9:30 a 21:30 horas, sin embargo, como es uno de los grandes atractivos de la zona desde temprano se hacen filas inmensas a los alrededores de la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, por­que hay familias que incluso llegan a formarse desde las siete de la mañana para ser de los primeros y evitar largas esperas bajo el sol.

“El otro día que estábamos de paso por la tarde vimos a muchachitos que estaban for­mados desde mediodía y to­davía no les tocaba, creo que iban a ser de los últimos, pero pues perdieron mucho tiempo formados por la tarde, por eso nosotros decidimos tempra­no y ya de aquí pasarnos por ejemplo a los columpios en Plaza de la Liberación y des­pués pasear o comer con más calma”, agregó doña Martha Castro, quien acudió con sus tres hijos y dos sobrinos más.

Aunque la espera es larga para la mayoría de los que llegan a aguardar su turno, chicos y grandes no dejaron de manifestar su alegría por tener la oportunidad de diver­tirse un rato, y es que, al ser una época de celebrar y com­partir, dijeron no tener reparo con enfrentarse a unas horas en la fila o a la inmensa canti­dad de personas por el centro, si ello les significará pasar un rato entre amigos o familia fuera de la rutina.