Denuncia el académico Daniel González sobre la problemática en el centro tapatío:

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Daniel González, experto de la UdeG, resaltó que la construcción privada es una salida que no atiende una problemática profunda relacionada con la desigualdad social; las intenciones de Pablo Lemus se encaminan más a beneficiar a empresarios y amigos inmobiliarios, criticó/Foto: Cortesía

El plan de repoblamiento y recuperación del Centro His­tórico del gobierno de Pablo Lemus impulsa una política de vivienda para beneficiar a la inversión inmobiliaria privada con la construcción y venta de diez mil departa­mentos en cuatro polígonos de la ciudad.

El director de Investiga­ciones y Estudios de la Ciu­dad (INCiudades) e investiga­dor del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Dise­ño (CUAAD), doctor Daniel González Romero, dijo que la nueva política es un discurso que beneficia el desarrollo in­mobiliario privado.

“El tema de repoblar la ciudad es mero discurso. No se trata de repoblar, sino de construir: sabemos que tanto el ayuntamiento como el go­bierno estatal se distinguen por los negocios inmobilia­rios entre familiares y empre­sas ligadas a ellos; se trata de este tipo de negocio, que se hace desde dos décadas atrás en Guadalajara”, declaró.

Para González Romero el discurso del repoblamiento del Centro Histórico es faci­lista, pues beneficia a los gru­pos inmobiliarios con el pre­texto de atender el problema de la vivienda digna.

“Es un discurso que, in­cluso, viene de ONU-Hábitat y de otros organismos finan­ciados del sector privado y público que ven en este tipo de cuestiones un negocio más que una salida a una proble­mática que es mucho más profunda, relacionada con la desigualdad”.

Argumentó que si se trata­ra de una política de vivienda, el gobierno difundiría bases para quienes quieran vivir ahí: qué tipo de trabajadores podrían adquirirlo con base en sus salarios, el crédito hi­potecario de 20 a 25 años, en­tre otras características.

“Y como está la precarie­dad y temporalidad del em­pleo, la venta está dirigida para quienes pueden comprar varios departamentos, tienen un capital, tienen banco que les preste, es decir, es para unos cuantos, para quien tiene capital de sobra y los pueda rentar para Airbnb”, denunció González Romero.

Además, el gobierno de Guadalajara niega informa­ción fundamental sobre el origen de la inversión inmo­biliaria.

“Les hice una pregunta, ¿de dónde viene la inversión: es inversión pública, pública-privada o privada? Nunca me respondieron, es algo que na­die sabe realmente y esto es fundamental para conocer el tipo de negocio, el capital in­vertido y la tasa de recupera­ción”, precisó.

A las dudas también se sumó el origen de los terre­nos del Parque Morelos o del Parque Agua Azul, comprados para la primera Villa Pana­mericana cuya edificación se frustró en el Centro Histórico.

“¿De quién son? Y si son públicos, ¿cómo se hizo la transferencia? ¿Se hizo o no? Hay mucha oscuridad en el proyecto, algo que no expli­ca el Instituto Municipal de Vivienda de Guadalajara: los negocios inmobiliarios se ha­cen en lo oscurito porque hace falta mucha información”, subrayó el investigador.

Una forma de evidenciar una nueva apertura a la inver­sión inmobiliaria por parte de Pablo Lemus es el involucra­miento de la sociedad para re­vertir el proceso y decidir en colectivo.

“Si hay una presión so­cial sí se podrá revertir esta tendencia, pero la gente está preocupada por otras cosas. No nos preocupamos por cuestiones centrales y vitales para el futuro de la ciudad”, concluyó.