Acuden al Santuario a recordar su día
Por Rafael Hernández Guízar
“Desde el cielo una hermosa mañana”, retumbaba ayer en el santuario de la virgen de Guadalupe, un himno con el que los fieles llevaban las mañanitas para rendirle honores a “la morenita del Tepeyac”.
Miles de fieles católicos acudieron desde la madrugada del pasado lunes 12 de diciembre al Santuario de la virgen de Guadalupe, situado en el centro de esta ciudad capital donde se instaló un dispositivo de seguridad para evitar que hubiera incidentes.
“Yo vengo cada año, bueno nomás el año pasado que no se pudo, pero siempre hemos sido muy devotos de la virgen, y aquí le traigo a mis hijos, para que los bendiga, porque ellos son marianos como yo, fieles por siempre a nuestra morenita”, dijo la señora Mariana López, una de las entrevistadas.
Niñas y niños con trajes típicos se apreciaban por doquier, “de inditos, pues recordando a Juan Diego y las niñas también con su trajecito especial, de indita (sic) porque es en señal de respeto, para conmemorar el día, para celebrar a nuestra madre, a nuestra Lupita que nos cuida y nos bendice desde el cielo”, dijo la entrevistada.
Pero quizá una de las cosas más representativas de esta festividad católica es que los fieles cumplen “mandas”, promesas que se hacen a la santa para agradecer un favor recibido, un milagro, o la intervención divina para recibir algo.
“A mí hija la salvó, por eso no le fallamos a la virgencita, y por eso yo soy testimonio de que sí es cierto, que si uno pide con fe ella nos escucha, y es la madre de Dios, como no le va a hacer caso, por eso le rezamos el rosario y por eso me vine así, para cumplir la manda”, dijo Juan Miguel Hernández, un señor de 40 años que acudió vestido de Juan Diego, y que entró de rodillas desde la explanada del santuario hasta el interior del mismo, pero además, prometió tras “el milagro”, nunca faltar a celebrarle el día a la virgen de Guadalupe.
Parte también de la festividad son los antojitos que se ofrecen en los alrededores del santuario, desde el tradicional atole de maza, hasta los buñuelos bañados en miel de piloncillo, tacos, cañas y cacahuates cocidos.