Denuncian presencia de drogadictos y ladrones
Por Rafael Hernández Guízar
Todo un caos se vive en la colonia Santa María Tequepexpan, sobre todo en las cercanías de las avenidas Cuyucuata y la misma prolongación 8 de Julio, en San Pedro Tlaquepaque.
De acuerdo con los habitantes y comerciantes de la zona, en este sitio hay muy poca vigilancia, algo que ha abonado a que prolifere el crimen, sobre todo en relación al consumo de drogas y robos a persona y de autopartes.
“Pues aquí hace falta que pase más la patrulla, eso es un hecho, pasa poco, y además necesitamos que haya patrullas por aquí siempre, porque aquí, justo aquí se divide Guadalajara de Tlaquepaque, y ni uno ni otro, simplemente no logran que las cosas estén bien”, dijo Ana Bertha Guzmán, una de las entrevistadas.
“Mire yo tengo aquí viviendo pues toda la vida, y sí se ha mejorado en algunas cosas, pero en otras pues no, la verdad es que no, y aquí por ejemplo, ni pasa la patrulla como debe, ni tampoco sirven las lámparas, debería de ver nomás en las coches como están las calles, oscuras pero de veras oscuras, una cosa fea que parece boca de lobo”, agregó.
Nosotros recorrimos las calles por la tarde y constatamos que hay mucho desorden. Hay muchos vehículos que impiden el paso libre de las personas, sobre todo por avenidas como 8 de Julio, donde dicho sea de paso se han instalado una gran cantidad de deshuesaderos que han terminado por convertir la zona en un sitio que en apariencia es muy conflictivo.
Pero no sólo es en apariencia, es que en verdad, a decir de los habitantes y comerciantes, la zona es muy conflictiva y pese a que se hacen peticiones directas tanto a la presidente municipal d San Pedro Tlaquepaque, así como al ayuntamiento de Guadalajara, ambas entidades han sido omisas en arreglar los problemas que tanto aquejan a la ciudadanía.
Por ello, los mismos vecinos han tratado de echar mano de recursos propios para que al menos, en las calles haya alumbrado, aunque es insuficiente pues el miedo se apoderó de la gente que de noche, no quieren ni caminar por la banqueta por temor a ser asaltados.