Antigua zona del calzado, hoy en franca decadencia

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Se acabó el esplendor de la zona del calzado, en la calle Esteban Alatorre. Comerciantes y vecinos de la zona lamentaron que a pesar de que el abandono es evidente –abundan los desechos y la delincuencia–, el gobierno tapatío no se molesta en buscar formas de detonar económicamente la zona, o al menos de apoyar a las personas/Foto: Francisco Tapia

Comerciantes y vecinos de la calle Esteban Alatorre, al oriente de Guadalajara, reclamaron el abandono del ayuntamiento tapatío.

Por esta zona, antes ha­bía una gran cantidad de co­mercio, era la denominada zona del calzado, ubicada en la colonia La Perla de esta ciudad capital, donde ahora sólo hay abandono, suciedad y delincuencia, y claro, mu­cho excremento y orina por donde quiera.

“Mire, aquí hay muchos problemas, hay mucha in­seguridad y además, pues el gobierno no nos hace caso, aquí ya se acabaron los co­mercios porque la gente ya no viene, ya no es rentable aquí, no hay paso de gente para venir a comprar, y an­tes era muy bueno, había mucho negocio aquí, pero ya se acabó, por lo mismo de que abandonaron los lo­cales por la inseguridad, por la sociedad, y sobre todo porque nos dieron en la torre con una obra que duró tres años, pues todo se acabó”, dijo uno de los entrevista­dos.

Poco a poco se fue mu­riendo la zona del calzado, y en general los comercios se quedaron sin clientes.

Pese a las muchas ocasio­nes en las que los comercian­tes pidieron al ayuntamiento tapatío apoyos para que se promocionara la zona, la res­puesta fue siempre la misma: Ninguna.

“Pues nos dieron en la torre como le digo, una obra que para hacer más chica la calle, porque hicieron más grandes las banquetas, y eso nos acabó, se llevó todo, pues tres años quién los aguanta; y otra cosa, aquí a unas cuadras dejan que se pongan tianguis, que la gente venda zapatos y productos de otros países, pues yo sé que el sol sale para todos, pero no así, no es justo esto, por eso se acabó aquí”, siguió el molesto co­merciante.

Y aunque en repetidas ocasiones pidieron que se les dieran al menos apoyos para poder pagar la renta y los servicios, la respuesta fue la misma, ninguna otra vez.

La zona luce devastada, y además los comerciantes enfrentan un grave problema por la presencia tan grande de indigentes que utilizan la calle como baño público.

Es común toparse con olo­res fétidos que se desprenden de las paredes y el piso man­chados ya por la orina.

Desesperados por vivir de esta manera, los comercian­tes exigieron al alcalde Pablo Lemus que se haga presente en este sitio para que se pue­da rescatar lo que alguna vez fue un foco comercial de gran importancia.