“Uno no puede ya pasar a ver a sus difuntos”, denuncian

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Personas que acuden al panteón San Joaquín, en Guadalajara, lamentaron que los encargados –con la complacencia del ayuntamiento– sacan usufructo hasta del último centímetro de espacio, sin espetar los espacios planteados desde la construcción del lugar, donde había trazadas calles para que la gente pudiera caminar/Fotos: Francisco Tapia

De nuevo las quejas en los panteones de Guadalajara se dan por la venta indiscrimina­da de espacios, ahora fue en el panteón San Joaquín, ubicado en la avenida Presa Laurel, en la colonia Benito Juárez.

Lucas Valladolid, un ta­patío de más de 70 años de edad, narró con mucho coraje a Página 24 que se siente defraudado por las autorida­des municipales pues ya no puede ir a visitar la tumba de su hija ya que él se encuentra discapacitado, atado a una si­lla de ruedas y un carrito para poder desplazarse, personas como él, no caben por los muy angostos espacios que se dejaron para caminar por los camposantos de esta ciudad capital.

“Mire, yo cada año me pre­ocupo por lo mío, vengo a ver sus detalles, porque aparte que uno paga por los impuestos de mantenimiento, pues uno mismo y trata de que esté bien, yo pago aquí 200 pesos por año, pero mire, a veces vengo a darle vueltas a mi hija, pero ya no se puede ni pasar, por­que no dejan espacios, porque ya vendieron todo, y eso está mal, por eso, cuando hicieron el croquis nos dijeron cómo iba a estar, debería de haberse respetado eso, el croquis con las calles y avenidas y no lo hicieron, ellos lo que quieren es sacar y sacar dinero, nada que ver aquí a los panteones de San Pedro, allá en Tlaque­paque”, dijo.

Fotografía relevante a la nota.

Hoy es tan estrecho el espacio, que una persona en silla de ruedas, como don Lucas Valladolid, no puede ingresar hasta el sitio de descanso de su ser querido

Indicó que es lamentable que no se haya respetado por la administración municipal los espacios que se habían planteado desde la construc­ción del panteón, donde había trazadas calles amplias para que la gente pudiese caminar, incluso, pasar con un cortejo fúnebre, ya no es posible.

“Está muy angosto, yo que traigo el carrito para andar pues ya no puedo pasar, yo ya no puedo pasar, me quedo afuera y está mal, mire, yo creo que debería de haberse respetado esto porque no es justo que uno que está así no pueda llegar, nosotros tene­mos derechos y se los están pasando, ya sabe por dónde”.

Igual que este ciudada­no, muchos otros se dijeron molestos, dolidos, hasta en­cabronados por la determi­nación del ayuntamiento de Guadalajara para vender nue­vos espacios que no estaban contemplados, quienes son discapacitados, simplemente se quedan sin posibilidad de llegar a las tumbas.