En Puebla
Por Gabriela Hernández
A pesar de que la empresa afirma que la planta sólo funcionará como bodega y para distribuir sus productos, los pobladores se aprestan a viajar a Francia para exhibirla como una de las empresas responsables de provocar un“infierno ambiental” que derivó en el socavón que se formó en mayo de 202
Octubre 22, Juan C. Bonilla, Puebla.– Con todo y que la empresa Bonafont es acusada por grupos de pobladores de saquear los mantos acuíferos de esta región y de cometer múltiples irregularidades, el 26 de septiembre, Fabrice Salamanca, vicepresidente de Asuntos Públicos y Legales de Grupo Danone, encabezó la reapertura de la planta de esa embotelladora francesa en este municipio.
Acompañado por José Cinto Bernal, presidente municipal, y por Guillermo Malpica Soto, subsecretario de Industria y Comercio del gobierno estatal, el directivo de la trasnacional aseguró que esas instalaciones, que estuvieron cerradas año y medio a causa de las protestas, ya no se usarán para extraer agua y sólo servirán para bodega y distribución de sus productos.
Durante la ceremonia oficial, con presencia de representantes de la parroquia y autoridades escolares, Salamanca acusó que los pobladores –que tuvieron tomadas esas instalaciones 11 meses– cometieron vandalismo y dañaron el pozo de agua concesionado a la empresa. “Posiblemente lo hayan contaminado”, dijo el directivo.
En respuesta, los integrantes del movimiento Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y de los Volcanes aseguran que no permitirán que Bonafont siga operando en esta localidad ni para extracción, ni para distribución de agua. Pese a lo anunciado por la empresa, ellos entrevén la posibilidad de que la embotelladora intente operar de nuevo el pozo de extracción que ellos sellaron hace un año con un ritual nahua.
Los lugareños anuncia
ron una serie de acciones de la mano de organizaciones nacionales e internacionales, incluso en Francia, donde informarán sobre el saqueo de recursos de pueblos indígenas por parte de Bonafont, de cómo operó una concesión vencida durante casi siete años, de no contar con Manifestación de Impacto Ambiental y de haber trabajado durante años sin permiso de uso de suelo y de omitir el pago de impuestos locales.
En noviembre próximo, un grupo de pobladores viajarán a Francia, donde participarán en una rueda de prensa conjunta con el colectivo Eau Bien Commun 63 (Agua bien común) y con habitantes de la comuna de Volvic, quienes también señalan a la firma Danone de saquear el agua de la región centro de ese país europeo.
Los vecinos del pueblo originario de Santa María Zacatepec dicen que exhibirán a Bonafont como una de las empresas responsables de haber generado un “infierno ambiental” en este municipio que derivó en la formación del socavón que se generó a finales de mayo de 2021.
Dicen que la empresa francesa recurre a la “ingeniería de conflictos”: reparte dádivas, publica panfletos, financia obra pública y a políticos, para dividir y desarticular la movilización social.
El engaño
Camilo Tekpatl Campeche, vocero de Pueblos Unidos, cuenta que decidieron cerrar Bonafont el 22 de marzo de 2021, el Día Mundial del Agua, luego de que más de 20 pueblos de esa área, que subsisten de la agricultura y la producción de ladrillo, empezaron a ver que sus arroyos, ameyales, lagunas y pozos artesanales se estaban secando o desapareciendo.
Fidel Flores, habitante de San Lucas Nextetelco, dice que a sus 75 años puede dar testimonio del impacto ambiental que ha padecido esta región a partir de la industrialización que trajo la construcción de la autopista Puebla- México, en 1962.
Sólo en Nextetelco, en este mismo municipio, había 35 manantiales, uno de ellos con más de cinco metros de profundidad. En las riberas de éstos y del río Metlapanapa, relata, abundaban berros, mejorana, yerbabuena, cola de caballo y alcatraces. En los afluentes había peces, acociles y ranas, que comían los lugareños.
Abundaban árboles de pera, manzana, chabacano, membrillo y nogales, y muchos pobladores se sostenían de vender fruta en Puebla y la Ciudad de México.
A partir de la llegada de industrias, dice que todo eso se fue acabando, al grado que en Nextetelco sólo quedó un manantial de los 35 que recuerda de su infancia y, con tan poca profundidad, que el agua no le alcanzaba ya a cubrir ni los pies.
Menos de tres meses después de que los 20 pueblos unidos bloquearon las operaciones de Bonafont, afirma Flores, en esa localidad reaparecieron tres manantiales que ya se daban por perdidos. Uno de ellos de un metro de profundidad.
Desde 2012 los habitantes de esta región se han organizado para defender su territorio: primero contra el gasoducto Morelos, luego contra el proyecto de descargar aguas residuales de la zona industrial en el río Metlapanapa.
Si bien otras empresas como Volkswagen, Ternium (antes Hylsa) y Pemex también son señaladas por explotar el acuífero Valle de Puebla, la lucha de este municipio contra la envasadora de agua surge desde su instalación.
Tekpatl explica que la empresa Embotelladora Arco Iris, SA de CV –que Bonafont compró en 2006– engañó a los vecinos de la colonia Ángeles para obtener el permiso. En 1992, esa firma promovió una consulta en la que aseguró a los lugareños que perforaría un pozo agrícola, no uno industrial.
Y, agrega, a partir de que la trasnacional compró la planta, privó la ilegalidad y el despojo. Mientras que los lugareños incluso tuvieron que comprar pipas de agua para abastecerse, trabajadores de la embotelladora, que son vecinos del municipio Juan C. Bonilla, les revelaron que en Bonafont la bomba extraía líquido las 24 horas de los siete días de la semana.
El 29 de mayo de 2021, cuando el socavón apareció en Santa María Zacatepec, a menos de dos kilómetros de la planta, los pobladores de inmediato relacionaron este fenómeno con la sobreexplotación del acuífero.