Duerme en la calle mientras la atienden en el Hospital Civil

María de los Ángeles no puede pagar el tratamiento indicado, pues le resulta imposible conseguir trabajo por tener que traer a su hija al nosocomio; pidió apoyo –pero sobre todo empatía– a las autoridades, pues se cuentan por miles las personas en su situación

Por Rafael Hernández Guízar

Enormes problemas atra­viesan las madres de niños con enfermedades como la in­suficiencia renal crónica.

María de los Ángeles es una mujer que desde hace dos años, acude al Hospital Civil para que atiendan a su hija, una pequeña de ocho años de edad que requiere de hemo­diálisis y un tratamiento que simplemente no puede cos­tear; por ello, hasta duerme en la calle mientras que su pe­queña es atendida.

“A veces uno piensa que pues con que los hijos estén bien uno está bien, y me he quedado sin comer, porque hay que comprar los medi­camentos, y salen bien caros, porque no nos los dan aquí en el hospital y el Insabi (Institu­to Nacional de Salud para el Bienestar) no nos incluye eso tampoco, entonces tiene uno que andar buscando cómo hacerle”, dijo muy decepcio­nada.

Y es que ella ha pedido en muchas ocasiones ayuda a las autoridades, pero ésta simple­mente no llega.

“Pues ojalá que nos pu­dieran dar algo de ayuda, porque incluso como le digo me he quedado a dormir aquí afuera, y luego hay una pen­sión en donde se supone que le dan a uno oportunidad de quedarse pero son puras tra­bas, no me he podido quedar, y no hay ni donde bañarse y uno tiene que pasar bien lim­pio porque es hemodiálisis, entonces pues se queda uno aquí en la calle y ya me han asaltado, porque uno usa la mochila de almohada, y ya me la han robado”, siguió la afectada mujer.

Habita en el municipio de El Salto, y el simple traslado le requiere de una enorme cantidad de recursos que no siempre puede costear.

Al igual que muchas otras mujeres, sale adelante como puede, tratando de ganarse la vida y así pagar el tratamien­to de su hija que requiere de atención médica especializa­da; incluso su hija ha durado hasta un mes internada, y ella debido a esta situación no siempre puede tener un traba­jo estable.

Por ello viene la compli­cación mayúscula, conseguir dinero para las curaciones, los medicamentos, incluso para comer algo cuando está afuera del hospital.