Estarán al mando de Luis Cresencio Sandoval

Por Neldy San Martín

Fotografía relevante a la nota.

Morena y sus aliados del Partido Verde, del Trabajo y Encuentro Social avalaron con 71 votos a favor las reformas en materia de seguridad y GN/Foto: Cuartoscuro

Septiembre 9, Ciudad de México (apro).– El pleno del Senado de la República apro­bó en lo general el dictamen para que el control operativo y administrativo de la Guar­dia Nacional quede en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Después de más de 10 ho­ras de debate, Morena y sus aliados del Partido Verde, del Trabajo y Encuentro Social avalaron con 71 votos a favor las reformas en materia de se­guridad y Guardia Nacional para que tenga mando mili­tar, pues en el artículo 12 de la Ley de la Guardia Nacional establece que realizará sus operaciones mediante una es­tructura de mando encabezada por el general secretario de la Defensa.

El coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Mon­real, fue el único que votó en abstención, tras anunciar que lo emitiría “a conciencia”, tras decirle a sus alumnos de la UNAM que para que la Guar­dia Nacional fuera adscrita a la Secretaría de la Defensa Na­cional se requería de una re­forma constitucional, pues en la jerarquía de leyes prevalece la Constitución por encima de cualquier otro ordenamiento jurídico.

El llamado bloque de con­tención integrado PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciuda­dano y Grupo Plural sumó 51 votos en contra por consi­derar que las reformas son la renuncia del estado mexicano a tener una policía nacional civil, profundizan la militari­zación del país y son inconsti­tucionales, pues el artículo 21 constitucional establece que la Guardia Nacional es una insti­tución de carácter civil.

Al presentar el dictamen, la senadora Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Comisión de Justicia, dijo que la Guardia Nacional enfrenta dificultades para el ejercicio del mando táctico y operativo, “a partir de la ausencia de la unidad administrativa y disci­plinaria, así como de sentido de pertenencia y espíritu de cuerpo”.

“En esta tesitura la minuta busca encontrar claridad en la línea disciplinaria, facilitar el ejercicio del mando y lograr afianzar el espíritu de cuerpo requerido”, comentó.

Sin embargo, el senador Germán Martínez Cázares del Grupo Plural dijo que la minu­ta a discusión es una traición a la memoria de Benito Juárez, quien quería una Guardia Na­cional y un Ejército sin vicios, como también lo quería el pre­sidente Andrés Manuel López Obrador, según su libro “2018. La Salida”.

“Aquí dice: Crear una Guardia Nacional con apoyo de 220 mil soldados y 30 mil marinos, que en la actualidad permanecen organizados bajo mandos oficiales del Ejército y la Marina. El señor Pérez Da­yán, el ministro Pérez Dayán dice que no está autorizado a cortar hojas de la Constitu­ción. Pues yo sí estoy autoriza­do a cortar hojas de lo que dijo López Obrador”, dijo y cortó hojas del libro, en medio de aplausos de la oposición.

“Ni siquiera Maximiliano, ni siquiera el Estatuto Provi­sional del Imperio de Maximi­liano se atrevió a darle poder absoluto a los militares, dice que respetará y auxiliará a la autoridad civil el Estatuto Im­perial de Maximiliano en el artículo 48. Es lo que quería Benito Juárez, un poder del ciudadano, no un poder del emperador y por eso ordenó su muerte”, agregó.

Por su parte, la senadora Claudia Ruiz Massieu Salinas del PRI recordó que en 2019 por unanimidad el Congreso de la Unión aprobó la refor­ma constitucional y las leyes secundarias que dieron origen a la Guardia Nacional bajo la premisa de que se trataría de una institución civil, pero que en los hechos eso no ocurrió.

“Acordamos que a la par del desarrollo de la Guardia Nacional se fortalecerían las capacidades policiales de los estados y municipios; sin em­bargo, la realidad es que he­mos caminado en la dirección contrario”, lamentó.

“La militarización no es la respuesta, lo digo claramen­te, aprobar este dictamen es un error y sé que la mayoría de ustedes lo saben, lo que el dictamen muestra es una vo­luntad inequívoca de cancelar la posibilidad de contar con un cuerpo de seguridad civil de alcance nacional que sea fuerte y confiable”, agregó.

En tanto, Damián Zepeda Vidales del PAN criticó que se quiera replicar la misma es­trategia fallida desde hace 16 años, con el gobierno de Felipe Calderón.

“¿Qué es esta estrategia? Militarizar, militarizar y mi­litarizar más el país”, dijo el panista.

“No me cabe en la cabeza, se los digo de verdad, no me cabe en la cabeza cómo vien­do toda la evidencia de los úl­timos 16 años, que ha sido un fracaso la militarización del país, hoy se tengan casi el do­ble de militares encargados de la seguridad pública, con, por supuesto, muchos más homici­dios”, prosiguió.

Mientras senadores y sena­doras se posicionaban sobre los riesgos o las virtudes de mili­tarizar la Guardia Nacional, la senadora Lilly Télléz del PAN intentó ridiculizar al presiden­te, acusándolo de “comer sus garnachas sobre la Constitu­ción”, además de señalarlo de tener pactos con el crimen or­ganizado, lo que no cayó bien en la bancada morenista, que amenazó con demandar a la exconductora por “calumnia y difamación”.

“Hoy palidecen las memo­rias de Luis XVI y sus afanes de grandeza y despotismo ante mesías tropical, ni más ni me­nos, ante ese que come sus garnachas sobre la Constitu­ción, batea las leyes y pisotea el Estado de Derecho”, dijo Téllez.

“Ustedes no son legislado­res son los súbditos del peje­lagarto. Ustedes saben que el presidente está enloquecido, incluso les preocupa, y les pre­ocupa mucho”, remató.

En respuesta, Héctor Vas­concelos de Morena anunció que interpondría una demanda por “calumnias y difamación” contra “el presidente de la Re­pública y por tanto a México”.

“Usted es una traidora a Morena, porque usted llegó de senadora gracias al presiden­te”, dijo por su parte la legisla­dora morenista Lucy Meza.

El dictamen establece que la Secretaría de la Defensa Na­cional tendrá el control ope­rativo y administrativo de la corporación y que el general secretario de la Defensa estará a la cabeza en la jerarquía de su estructura de mando.

Además, da al titular de la Sedena la facultad de organi­zar su distribución territorial y proponer adecuaciones a su estructura orgánica.

También, lo faculta para que proponga al titular de la comandancia al presidente de la República.

Asimismo, asigna a la Sede­na la expedición de los manua­les de organización, de procedi­mientos y de servicio al público de la Guardia Nacional y la ela­boración de los programas ope­rativos y de estrategia.

En unos de sus artículos indica que el personal militar asignado a la Guardia Nacional “continuará sujeto a la juris­dicción militar respecto de los delitos especificados en el libro segundo del código de justicia militar que atenten contra la je­rarquía y autoridad”.

Mientras que, en los transi­torios, dispone que la Secreta­ría de Seguridad y Protección Ciudadana transferirá a la Se­dena en un plazo de 70 días naturales, los recursos presu­puestarios y financieros que correspondan para cubrir las erogaciones por concepto de servicios personales y gastos de operación de la Guardia Nacional.

El bloque de contención anunció que presentará una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Jus­ticia de la Nación en contra de las reformas legales por con­travenir la Constitución.