Enfrentan serios problemas socioambientales: Investigadores

El lago de Chapala actual­mente se encuentra en la cota 95.83, con 5 mil 642 millones de metros cúbicos de agua que representan un 71.45 por ciento de su capacidad, lo que significa que este año no ha implicado gran pérdida, dado que en 2021 alcanzó 75 por ciento e incluso se espere que alcance el mismo nivel.

En cambio, la laguna de Cajititlán, en Tlajomulco, se encuentra en su cota máxima, lo que implica una buena re­cuperación.

Sin embargo, en ambos cuerpos de agua persisten una serie de problemas socioam­bientales que amenazan al entorno natural y a las pobla­ciones originarias.

Eduardo Juárez Carrillo, director del Instituto de Lim­nología del Centro Universi­tario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), compartió que la contamina­ción en la laguna de Cajititlán es una constante.

“Sus niveles es importan­te, sus niveles se encuentran bien. Ahí vemos que los nive­les de coliformes fecales están totalmente fuera de norma, es una laguna que está fuera de norma”, declaró.

En tanto, en Chapala, dijo que han identificado el flo­recimiento de algas nocivas microcistinas, mismas con las que mantienen vigilancia, así como contaminación por so­dio, que es muy dañino para las plantas.

“El sodio ha aumentado en los últimos 10 años, de 80 a 90 miligramos por litro ahora estamos en 150 y 160 miligra­mos, lo cual ya es un reto fi­siológico para los organismos que viven ahí”, expresó.

Especies exóticas afectan la pesca

Pese a que del lago de Cha­pala se obtiene 50 por ciento de las 32 mil toneladas de lo que se pescan Jalisco, actualmente hay una grave disminución.

“La sociedad cooperativa con la que trabajamos pescó el año antepasado cerca de 2 mi­llones de kilos, hoy no llegan a los 300 mil kilos y vamos a la mitad del año”, mencionó Juárez Carrillo.

Dijo que ahora, más que nunca se pesca lubina, un de­predador exótico que impacta incluso en poblaciones de aves.

“Hace cuatro años empe­zó a aparecer de manera im­portante. De hecho, ya es una pesquería artesanal, además de ser deportiva. Los pesca­dores un poco asocian la dis­minución de blanco, porque la lubina se alimenta del pescado blanco (y de muchas especies del lago)”, dijo.

Reconoció los esfuerzos de reproducir 10 especies de pes­cado blanco en este cuerpo de agua, por parte de la Univer­sidad Michoacana de San Ni­colás de Hidalgo (UMSNH) y del Gobierno de Jalisco.

“Un problema del pescado blanco es su lento crecimien­to y su forma de alimentación que implica producir alimen­to vivo como microalgas. En el Instituto de Limnología estamos haciendo esfuerzos para su desarrollo digestivo de producir algas suficientes para engordarlos en tierra o en el lago”.

“El problema de la pes­ca del pescado blanco es que no lo dejan crecer, pues llega muy chiquito y se pesca igual que los charales; un porcen­taje pequeño son peces blan­cos”, detalló.

Juárez Carrillo destacó la afectación de la pesca ilegal en el lago de Chapala. Preci­só que los grupos del crimen organizado protegen pesca­dores a los pescadores al pro­veerles redes ilegales con las que logran pescar entre 500 y 600 kilogramos diariamente, cuando un pescador, con redes tradicionales, logran pescar al día entre 20 y 30 kilos.

Indicó que en el caso de la laguna de Cajititlán, la pesca es una práctica de autoconsu­mo, por lo que ahí, el instituto trabaja “con otras instituciones para proponer una siembra de peces, para que de esta mane­ra los 200 pescadores que ahí habitan puedan capturarlos y llevarlos a sus mesas”.

Urbanización y cultivos restan terreno al lago de Chapala

En la ribera de Chapala hay una transformación territorial, pues se están construyendo gran cantidad de fracciona­mientos y cambios del patrón de cultivos, donde lo que im­pera es el agave, las berries y aguacate.

Esto lo dio a conocer la responsable del Cuerpo Aca­démico Agua, Medio Am­biente y Sustentabilidad del CUCSH, doctora Alicia To­rres Rodríguez, quien asegura que “estos cambios trastocan y hay un incremento en la contaminación”.

“Desde 1900 tenemos la desecación de 50 mil hectá­reas (en la Ciénega de Cha­pala, del lado de Michoacán) y ahora hay una constante de irle comiendo tierra al lago. Hablar del reservorio de agua se está modificando. porque cada vez tenemos menos ca­pacidad de almacenamiento por sedimentación y construc­ción aguas adentro”.

“Hemos identificado que los mismos municipios están construyendo parques linea­les o malecones. En Jamay in­cluso se construyó una nueva calle, más o menos le han de haber comido un kilómetro, porque hay calle y lo más cu­rioso es que hay un lago den­tro del parque”.

“En Jocotepec vemos 300 metros lago adentro con un parque turístico y un male­cón. En el municipio de Cha­pala dentro del lago se están construyendo estos parques lineales. En Ocotlán se veían cómo las casas pegadas al lago tenían un muro de piedra y ya se ve que hay más vivien­das debajo del muro”, detalló la investigadora.

Advirtió que hay un cre­cimiento del Área Metropoli­tana de Guadalajara (AMG), que es como un tsunami de hectáreas construidas. “El lago puede quedar rodeado de una zona urbana que es perju­dicial”, declaró.

El Director del Instituto de Limnología informó que el lago de Chapala pierde de 5 a 6 mil hectáreas en época de estiaje, que es cuando aprove­chan para poner mallas y ga­nar terreno al agua, por parte de especuladores.

Buscan involucrar a pobladores en limpieza de Chapala

Ángel Omar Aldape Gar­cía, profesor investigador del Centro Universitario de Cien­cias Sociales y Humanidades (CUCSH), desarrolla una investigación sobre la conta­minación de residuos sólidos en las poblaciones de Mezca­la de la Asunción, San Pedro Itzicán, Agua Caliente y Tla­chichilco, en el municipio de Poncitlán, que involucra la limpieza de la zona ribereña a través de las “cabezas de ba­rrio” de cada localidad.

“Estoy explorando cómo la gente tiene la disposición de limpiar su propio espacio, principalmente la zona ribere­ña del Lago. Hasta ahora hay disposición conductual para hacerlo y queremos explorar para emancipar esa intención conductual”, indicó

El ángulo de la investi­gación se aborda desde una perspectiva de psicología ambiental, cuyos cambios se podrían catalizar con la figu­ra social del jefe tradicional o “cabeza de barrio”, que la gente respeta.

Con ellos busca articular acciones de limpieza desde las acciones comunitarias. “Sí hay esperanza de que, tradi­cionalmente, limpiemos el lago de Chapala”, precisó el doctor.