Los jóvenes habrían sido “confundidos” como integrantes de “Los Rojos”

El 26 de septiembre de 2020, el grupo delictivo de “La Bandera”, una facción de “Guerreros Unidos” tapizó con narcomantas la ciudad de Iguala donde aseguró que los integrantes de la banda de “Los Peques”, “se llevaron a 17 estudiantes a la (policía) preventiva y después a Cocula

Por Ezequiel Flores Contreras

Agosto 21, Ciudad de México (apro).– Al menos cinco normalistas fueron disueltos en ácido, seis jóvenes más permanecieron vivos aislados en una bodega solo tres días después del 26 de septiembre y otro grupo indeterminado fue trasladado a la zona minera del Cinturón de Oro del río Balsas para desaparecerlos, ahí operan las empresas canadienses Media Luna, filial de Torex Gold Resources y Leagold Mining Corporation, indica el infor­me del gobierno federal sobre el caso Ayotzinapa.

El documento advierte que la presencia en la ciu­dad de Iguala de los norma­listas procedentes de Tixtla se registró en un contexto de confrontación entre “Guerre­ros Unidos” y “Los Rojos”, que disputaban el corredor minero de Mezcala, ubicado entre Iguala y Chilpancingo, y los líderes del primer grupo esperaban una reacción vio­lenta tras la toma de la mina de Carrizalillo que había per­dido la segunda organización criminal.

Incluso, explica que la ex­trema violencia ejercida por los sicarios de “Guerreros Unidos” contra los norma­listas de Ayotzinapa, que en su mayoría fueron desmem­brados, se debió a que los jó­venes habrían sido “confun­didos” como integrantes de “Los Rojos”.

El documento, señala que a los líderes de la banda afincada en Iguala, se les or­denó tomar fotografías a to­das las víctimas y les llamó la atención la información que obtuvieron de los jóve­nes Bernardo Flores

“El Cochiloco” y Julio César Mondragón “El Chilango”, el joven que fue brutalmente torturado y encontrado con el rostro desollado.

Por ello, en las conclu­siones del informe oficial se indica que a pesar de que no existen indicios para suponer que los normalistas estén con vida, es necesario continuar con la búsqueda de los restos humanos en la ribera del río Balsas y la laguna de Nuevo Balsas y Atzcala, municipio de Cocula donde se ubica la minera canadiense Torex Gold Resources.

Así como en el municipio de Eduardo Neri donde se ubica la mina de Carrizalillo; en la barranca de Tonalapa, municipio de Tepecoacuilco; en la brecha de Lobos y en el paraje Suriana de Iguala, y en las inmediaciones del punto conocido como Tepehuaje.

Desde octubre de 2014, Proceso reveló la pista de la mina de Carrizalillo.

Este hecho confirma la versión publicada casi un mes después de la masacre y desaparición de los 43 nor­malistas de Ayotzinapa en la ciudad de Iguala, Guerrero en el texto titulado Señalan a pandilleros de “Los Peques” como agresores de norma­listas, donde se indica que un grupo de normalistas fue trasladado a la mina de Carri­zalillo, municipio de Eduardo Neri y que actualmente opera la compañía extranjera Lea Gold Mining.

Hace casi ocho años, Proceso reveló que la banda de “Los Peques”, era ubi­cada por autoridades fede­rales como una pandilla al servicio del grupo delictivo “Guerreros Unidos”, que mantenían el control del narcomenudeo en la zona de Iguala y después de la tragedia de septiembre de 2014, este grupo de sicarios dirigidos por los hermanos Víctor “El Oso”; Mateo “El Gordo” y Salvador “El Cha­va” Benítez Palacios, salie­ron de la ciudad con el res­paldo de autoridades de los tres niveles y del Ejército para refugiarse en la comunidad de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri y en noviembre de 2015, pobladores de esa zona minera hicieron un lla­mado a los padres de los 43 para que buscaran a sus hijos en fosas clandestinas ubicadas en las inmediaciones del pro­yecto Los Filos de la empresa canadiense Leagold Mining Corporation.

Incluso, el 26 de septiem­bre de 2020, el grupo delictivo de “La Bandera”, una facción de “Guerreros Unidos” tapizó con narcomantas la ciudad de Iguala donde aseguró que los integrantes de la banda de “Los Peques”, “se llevaron a 17 estudiantes a la (policía) preventiva y después a Cocu­la; 12 alumnos fueron envia­dos a Apetlanca donde el líder es Erick Román y su familia, ellos se encargaron de des­aparecerlos, y 14 estudiantes más a Mezcala – Carrizalillo donde el líder era “El Nueve”, junto a “Kiko”, Cebú, “Caba­llerango” y “El Monstruo”. Estos últimos donde Marcelo Ríos (líder de la CTM en la zona minera de Cocula) tiene sus tiraderos de gente que le estorba”.

Los sitios donde presunta­mente fueron trasladados los 43 normalistas de Ayotzinapa, son puntos estratégicos de la franja minera en la entidad que a la fecha siguen bajo fuego y presiones de la delin­cuencia.

El Informe oficial

Ahora, el informe oficial de la Comisión para la Ver­dad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa CoVAJ, pre­sentado por el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez refiere que la testigo protegida Karla hizo mención que los líderes de “Guerreros Unidos” le so­licitaron tomar fotografías a todos los estudiantes “ya que se creía que entre ellos venían personas de “Los Rojos””.

“De todos los estudiantes solo tres de ellos fueron de in­terés para sus superiores, entre los cuales Karla recuerda que estaban “El Cochiloco” y “El Chilango””, refiere el docu­mento del gobierno federal.

El día de los hechos, al me­nos seis estudiantes permane­cían vivos y estaban retenidos en una bodega ubicada en el punto conocido como Pueblo Viejo en Iguala.

El informe agrega que de acuerdo a la información ob­tenida por el gobierno fede­ral, la ubicación de los restos de los normalistas esa “la Mina de los patrones” donde los agresores sostienen que “aventaron gente”.

“Otro grupo de normalis­tas fue trasladado a la casa de Huitzuco, cinco normalistas más fueron disueltos en ácido por el cocinero identificado como “El Moreno”, otro gru­po fue inhumado en el pozo del punto conocido como Pueblo Viejo y “otro paquete” de víctimas fue tirado en las aguas del Río Balsas”, señala el informe oficial.

Las instrucciones origi­nales, refiere el documento oficial, era de “quemar a los estudiantes” pero al ser de­masiados, uno de los jefes de sicarios de Guerreros Unidos, identificado como Eduardo “El Chuky”, “les metió ma­chete” para desmembrar a los estudiantes y los restos fueron colocados en bolsas de plás­tico para que “cada grupo se deshiciera de ellos como qui­siera”.

También, se pudo docu­mentar con pruebas de los mensajes que intercambiaron los sicarios a través de sus te­léfonos móviles, que Eduardo “El Chuky” fue identificado como el responsable de tor­turar, ejecutar y desollar al normalista Julio César Mon­dragón “El Chilango”, “sin tener instrucciones de sus su­periores”.