Madre soltera trabaja todo el día con sus hijos

De sol a sombra, una mujer con sus tres hijos, su hermana y sobrinos se apuestan en cruces del oriente de Guadalajara para ofrecer sus servicios; muchos los miran con desdén, otros los apoyan

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

“Con lo que yo saco comemos como tres días, no se alcanza ni la semana, tenemos que pagar renta, luz, agua, comida, de todo, aquí no descansamos ni un día”, lamentó Cristina, jefa de familia que limpia parabrisas en cruceros del oriente de GDL con sus hijos/Foto: Francisco Tapia

La crisis económica orilló a una familia a salir a trabajar en los altos lim­piando parabrisas al oriente de Guadalajara.

Cristina, una mujer que tra­baja de la mano de sus hijos, vive a casi dos horas de dis­tancia y trabaja todos los días en los cruceros, pues no tiene otra manera de sacar adelante a sus hijos; sin embargo, se ha juntado con sus hermanas que son también madres solteras y así, todos juntos buscan el sus­tento en la calle, con la luz del semáforo.

“Mire está muy fuerte la crisis, y tenemos que tra­bajar porque no se alcanza con uno solo, los dos tene­mos que trabajar y aún así, más o menos, nos venimos a las nueve de la mañana y nos vamos a las ocho de la noche, todo el día porque qué más hacemos”, dijo en entrevista con Página 24.

Y agregó: “Todo está su­biendo de precio, por eso aquí venimos una hermana que tiene cuatro hijos y con ella son cinco de familia, y en mi casa somos tres, tenemos que venirnos temprano por eso y trabajar todos”.

Sus hijos han crecido con ella en los cruces de avenidas transitadas de Guadalajara, pues no hay manera de sacar para comer, al menos no para ella, pues ni apoyos del go­bierno ha podido obtener.

“Los míos no estudian, por lo mismo de la crisis, porque no ajusto, y mis sobri­nos pues están de vacaciones, pero mire, con lo que yo saco comemos como tres días, no se alcanza ni la semana, te­nemos que pagar renta, luz, agua, comida, de todo, aquí no descansamos ni un día”.

Los automovilistas por lo general la ven con desprecio a ella y a sus hijos quienes comúnmente están llenos de suciedad, pues tienen apenas unos segundos para limpiar los vidrios de los carros y así tratar de sacar una moneda.

“Mire sí, aquí son grose­ros, nos discriminan porque nos ven sucios, pero nosotros pues qué hacemos, ni modo, a aguantarnos. Nosotros vivi­mos en Parques de la Victo­ria, en El Salto, aquí hacemos nuestra vida, y pues por día no crea que saca uno tanto, andamos sacando 300 o 400 a lo mucho, es mucha la gen­te que no da nada y que hasta se molestan”.

La desesperación llega día con día, son muchos los compromisos económicos que hay que cubrir y muy pocas sus opciones: “Pues lo que diríamos a los del gobier­no es que bajen los precios y que den ayudas, porque a uno no le quieren dar nada por lo mismo, por eso tenemos pues que salir a trabajar diario y con todo y niños”, lamentó.

No importa si es día festi­vo o no, si hace frío o calor, incluso si está enferma o goza de salud, debe salir a diario, pues día que no trabaja muy seguramente es un día que no tendrá ni ella ni sus hijos para llevarse el alimento a la boca.