En el CADIPSI cortan apoyo a hombre y lo dejan en la calle

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Rafael Rangel llegó hace casi cuatro meses al Centro de Atención y Desarrollo para Personas en Situación de Indigencia (CADIPSI) tras quedar desfavorecido en todos sentidos. En dicha institución, le prometieron “de forma verbal” que podía estar seis meses para buscar opciones, pero repentinamente le acortaron el plazo y lo sacaron del lugar/Fotos: Francisco Tapia

De forma arbitraria, un ciudadano fue enviado a la ca­lle, lo corrieron del Albergue CADIPSI del ayuntamiento de Guadalajara pese a que le habían prometido ayuda.

Se trata de Rafael Rangel, quien llegó hace casi cuatro meses al Centro de Atención y Desarrollo para Personas en Situación de Indigencia (CADIPSI) tras quedarse sin ayuda de sus familiares y des­favorecido en todos sentidos. En dicha institución, le pro­metieron “de forma verbal” que podía estar seis meses para buscar opciones, y es así que consiguió un trabajo y estaba ahorrando para in­dependizarse, pero de pronto fue despedido de su empleo, y desde el pasado lunes se quedó de nuevo en la calle.

“Llegué a un acuerdo en el mes de marzo que iba a estar seis meses, y a los tres meses de estar buscando trabajo me presionaron de que me tenía que salir en el cuarto mes, yo les dije que me habían prome­tido que iba a estar seis meses y me siguieron presionando, los de trabajo social me dije­ron que podía quedarme seis meses y el director me dijo que no, que en el reglamento decía que cuatro meses era el máximo, quedó de enseñarme ese reglamento y nunca me lo enseñó y me dieron de baja, me corrieron ayer (lunes) y estoy de nuevo viviendo en la calle, y mire, tenía trabajo hasta hace 15 días porque me corrieron injustamente acabo de ir a demandar”, señaló.

Agregó que tenía trabajo en una empresa de seguridad privada donde lo hacían rolar turnos y trabajar más tiempo del humanamente posible, es decir, hasta 48 horas seguidas, y al no aceptar se quedó sin empleo, y aunque ya lo de­mandó ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, de momento no tiene ni para pa­gar una comida, lo que agrava su situación.

“Pues me dieron de baja porque no quise seguir ha­ciendo lo que querían, querían que trabajara uno hasta 48 ho­ras seguidas, la empresa es de seguridad privada, y eran dos o tres días seguidos, me hacían trabajar así, y se com­plicó todo desgraciadamente para mí, yo estuve compran­do ropa y tratando de salir adelante, porque no podía ir a trabajar así, y me quedé sin nada”, dijo.

Incluso Rafael Rangel fue a un centro de rehabilitación que le consiguió el mismo CADIPSI, pero no hubo po­der humano que concerniera a las autoridades municipales de Guadalajara para evitar que de nueva cuenta viviera en la calle, simplemente no hubo prórroga.

“Incluso fui a Derechos Humanos, me dieron una constancia pero tengo que ir a la comisión de nuevo dentro e un mes para que me den el número de queja, que porque ellos iban a hacer una inves­tigación exhaustiva, así me lo dijeron, pero mientras me ten­go que quedar en la calle, por­que me dijeron que en el DIF sí tenían una buena visión, pero pues mire, en los hechos son otras cosas”.

Y agregó: “Yo me arre­piento mucho de haber pro­bado la droga, a mis 47 años estoy saliendo adelante, me quedé sin familia, ya no me quieren ver, yo estoy firme y no voy a volver a la droga, pero mire, sin estos apoyos es duro, yo sé que ahí hay gente que tiene más tiempo que yo, y no quiero que saquen a na­die, pero quiero que sea pare­jo para todos, que me ayuden. Hay constancia de que soy respetuoso, me acomido por­que es parte de lo que toman en cuenta, no tengo ninguna incidencia, soy buena perso­na, ahora soy buena persona, y aún así estoy en la calle”.

Consternado por no saber qué hacer o a dónde acudir, este ciudadano hizo un llama­do al presidente de la Repú­blica Andrés Manuel López Obrador pues no da crédito a lo que sucede en Guadalajara, donde ni el municipio ni el mismo gobierno del estado le quieren dar apoyo.

“Yo soy apolítico, pero sigo las indicaciones del go­bierno y creo en mi presidente López Obrador, pero aquí en el municipio hay cosas que no se hacen bien, ojalá hubiese más instituciones como estas pero de verdad que uno nece­sita ayuda, cómo vamos a sa­lir adelante si no hay forma, si nos mandan a la calle”.

Un cambio de ropa, una mochila y lo que trae puesto, es todo lo que acompaña a este hombre que trató de salir adelante, que pese a perder a su familia, dejó la droga y el alcohol, porque ahora enfren­ta una prueba más dura pues se debate entre regresar al vi­cio o no, pues las tentaciones son enormes, más aún cuando no tiene nada en el bolsillo