Revela estudio realizado en CUNorte:

Capacitar a los pacientes diabéticos para que coman de manera saludable y de acuer­do con sus requerimientos energéticos, puede influir en una disminución significativa de la presión arterial, redundar en que éstos necesiten menos medicamentos para controlar­la, con menos costo para sus familias y una mejora en la calidad de vida.

Así lo señaló la maestra Alejandra Huízar Castañeda, académica del Centro Uni­versitario del Norte (CUNor­te), en su investigación “La intervención educativa nu­tricional para el control de la presión arterial en pacientes con diabetes mellitus tipo 2”, en la que participó un grupo intervenido de 24 personas: 50 por ciento tuvo una dis­minución significativa de la presión arterial en diez milí­metros de mercurio o más, y el resto tuvo una disminución no significativa que oscila en­tre dos y ocho milímetros de mercurio.

Para la investigación se conformó un grupo de con­trol formado por 20 personas a las cuales no se les capacitó. Las edades de las personas en ambos grupos oscilaban entre los 25 a 70 años. El Hospital Comunitario de Colotlán co­laboró con las pruebas de la­boratorio efectuadas antes y después de la intervención.

Los resultados son impor­tantes si se toma en cuenta que uno de cada ocho adultos tiene diabetes, y del total de pacien­tes con diabetes, entre 50 y 60 por ciento pueden tener la presión arterial alta. La hiper­tensión arterial se presenta de 1.5 a 2 veces más en pacientes con diabetes en comparación con los no diabéticos, y es un factor de riesgo en el desarro­llo de complicaciones cardio­vasculares y renales.

A las personas de ambos grupos sujetos a investiga­ción se les pesó, midió su estatura, presión arterial, fre­cuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, de hemoglobina glicosilada, glucosas en ayu­no, creatinina, colesterol, y hubo tres recordatorios de 24 horas consistentes en pregun­tar a los pacientes qué comían durante todo un día para re­portar la energía, porcentaje de proteínas, de carbohidra­tos y lípidos contenidos en su dieta.

Posteriormente, hubo una intervención educativa nutri­cional, la cual se impartió en un taller de ocho sesiones, du­rante dos meses, en un espa­cio del Hospital Comunitario de Colotlán, sobre educación dietética específica, para en­señar a los 24 participantes del grupo intervenido hábitos dietéticos saludables, cómo identificar alimentos con so­dio, a clasificar y contar hi­dratos de carbono, y les expli­caron cómo diseñar un menú y organizar las compras del mercado.

La académica explicó que uno de los factores que pue­den influir para que se den los cambios es la individua­lización del menú o plan de alimentación, ya que cada persona tiene necesidades di­ferentes de energía. Hubo pa­cientes que tuvieron algunas dudas y recibieron asesorías, incluso en casa. Alumnos de nutrición de octavo semestre iban a las viviendas para dar explicaciones a los partici­pantes con más detalle.

Huízar Castañeda explicó que son pocos los alimentos que tienen efecto terapéuti­co sobre la presión arterial. Entre éstos está la lima. Sin embargo, la disminución en el consumo de grasas de origen animal como manteca, mante­quilla, además de la contenida en las costillas de puerco, la disminución en el consumo de alimentos con mucha sal y con colesterol “malo” (LDL), pueden tener efectos positivos en la salud.

La investigadora aclaró que la alta presión arterial no siempre es de origen alimenti­cio, y puede estar relacionada con padecimientos no diag­nosticados.

Dijo que el plan es que para inicios de 2023 dar con­tinuidad a la investigación, y hacer el estudio con lapsos más prolongados para ver si pueden encontrar cambios significativos.