Además de los baches, no pasa el camión de la basura: Vecinos

Al problema del pésimo pavimento se suma la falta de luminarias que funcionen y el escaso patrullaje policial; todo ello genera más delincuencia

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Esta vialidad tiene al menos 10 años sin que le hagan reparaciones; incluso Enrique Alfaro, cuando iba a ser alcalde de Guadalajara, se comprometió por escrito a mejorar las condiciones de esta parte de la ciudad, pero nada pasó, lamentaron habitantes/Fotos: Francisco Tapia

Llena de baches y de basu­ra se aprecia la calle Damián Carmona, al cruce con la ave­nida República, al oriente de Guadalajara.

Como si fuera un campo minado luego de una cruen­ta batalla, esta calle hace una década que no es intervenida y los problemas crecen cons­tantemente por los agujeros en el pavimento y las bolsas de basura que se apilan en las esquinas.

“Yo tengo aquí nueve años, casi 10, y la calle está igual, no la han arreglado. Aquí cuando iba a ser pre­sidente (municipal Enrique) Alfaro vino, y según eso dijo que iba a arreglar, y ya que se olvidó de aquí, aquí nada, nomás nada, baches y basura dondequiera”, denunció la se­ñora Abigail, una de las veci­nas entrevistadas.

Dijo que sólo han recibi­do promesas por parte de las autoridades, las que por cierto no se han cumplido; sus peti­ciones son siempre ignoradas, aun cuando hubo compromi­sos firmados por escrito por el que hoy es gobernador de Jalisco cuando esté buscaba la presidencia municipal de Guadalajara.

“Sí, así de fea la calle, pero también que la gente no ayuda en nada, porque sacan las bol­sas de basura a la calle y luego pasan los perros y las rompen, y por eso se hace el reguero”, agregó la mujer.

Pero las pésimas condicio­nes de la calle solo uno de los muchos problemas que tienen en esta comunidad en donde la patrulla no hace la vigilan­cia adecuada.

Por ello, aprovechó este espacio y envió un mensaje a su presidente municipal, Pa­blo Lemus Navarro, le pidió que haga la diferencia y cum­pla con las promesas rotas de sus antecesores.

“Que se pongan las pilas y que hagan las cosas bien, que cumplan lo que prometen, que haya vigilancia por favor, por­que a mí me robaron aquí, a cualquier hora hay rateros, yo iba al mercado y me arrebató mi monedero un muchacho, también eso, que no hay se­guridad, pero sobre todo en la noche, es cuando hace más falta, hay mucha delincuen­cia, mucho muchacho droga­dicto”, finalizó.