Y ya tienen años, lamenta Enrique Velázquez, de Hagamos

Se requiere de diversas acciones (más allá del “abrazos, no balazos”) para combatir de fondo el azote de la delincuencia organizada, explicó el legislador

Por Elizabeth Ríos Chavarría

El tema de los retenes de la delincuencia organizada en las carreteras de Jalisco no es algo nuevo, aunque sí es la muestra de una estra­tegia fallida de seguridad, consideró el diputado local de Hagamos, Enrique Ve­lázquez.

Ante las denuncias que han hecho autoridades eclesiásticas, sobre haber sido víctimas de retenes por grupos del crimen organi­zado al norte de Jalisco, el diputado mencionó que el tema de la violencia en la entidad sigue igual de pre­sente, pues incluso a él en el pasado le ha tocado que los detengan o los sigan en la región, por lo cual pugnó por impedir que estas agru­paciones delincuenciales ganen más terreno.

“No es un asunto nuevo, ahorita hay una coyuntura que va a durar dos semanas en los medios de comunica­ción, en la discusión sobre el tema de seguridad, pero la política pública que se debe de realizar por parte del gobierno federal y del estado, de manera conjunta incluso involucrando a los municipios, debería ser una política para siempre, no sólo en las crisis”.

Añadió que no se pue­de seguir en el discurso de que “entre delincuentes se matan”, pues la realidad es que mucha gente inocente ha estado involucrada en terribles hechos, los cuales no se resolverán con la ac­tual política del presidente en torno a “abrazos, no ba­lazos”.

“A nivel nacional está padre esa frase de ‘abrazos, no balazos’, porque no de­berías de agarrar a balazos a nadie, pero sin agarrarte a balazos poner orden en el territorio, con estrategia, con una política adecuada de educación, buscando que los niños vayan a la es­cuela y que no vean como aspiracional ser narcotrafi­cante”.

Tal cual lo ha señalado en otras ocasiones, el legis­lador recordó que se debe trabajar para quitar dinero al narcotráfico, con la regu­larización en el tema de las drogas, e implementar una limpia en el esquema de seguridad que dé paso a es­trategias desde lo nacional que de verdad impidan al crimen organizado obtener más poder.

Hace unos días el obis­po de Zacatecas, Sigifre­do Noriega y el cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, denuncia­ron haber sido víctimas de retenes por grupos del crimen organizado, al norte de Jalisco. A esto se sumaron las recientes de­claraciones del ombuds­man Alfonso Hernández Barrón, quien dijo que desde la Comisión Estatal de Derechos Humanos Ja­lisco (CEDHJ) tienen do­cumentados estos hechos desde hace años, sobre todo por las afectaciones a las comunidades wixá­rikas.