El panorama internacional dificulta economía local: Investigadores del CUCEA

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Debido a la reducción de oferta derivada de la guerra entre Rusia y Ucrania, los rebrotes de COVID-19 en Asia, así como la desaceleración del PIB global, se ha desacelerado la economía en el mundo, lo que ha encarecido los insumos básicos, detalló el maestro Héctor Iván del Toro/Foto: Cortesía

La inflación en México al­canzó su nivel más alto desde hace dos décadas, debido a factores como la guerra entre Rusia y Ucrania y la escasez derivada de situaciones cli­matológicas. Esto repercutió en que la adquisición de los productos de la canasta bási­ca sea más difícil.

El maestro Héctor Iván del Toro Ríos, profesor inves­tigador del Centro Universi­tario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) de la UdeG, informó que para adquirir los 123 productos de la canasta básica se tienen que destinar 11 mil 529 pesos.

“En una canasta básica in­dispensable de una familia de cuatro miembros (30 produc­tos), que además incluye ele­mentos como gel antibacterial y cuestiones de aseo personal y del hogar, el precio alcanza 10 mil 576 pesos. Si a eso le agregamos servicios como el pago de la luz, agua, teléfono y renta, se necesitarían alrede­dor de 22 mil 182 pesos para tener todas estas condiciones de forma mensual”, detalló.

A esto se agrega el que si las personas tienen alguna en­fermedad crónica deben aten­der gastos en medicamentos y consultas que podrían elevar el presupuesto hasta los 38 mil 546 pesos.

“Esto está dañando a la po­blación, porque los precios im­pactan de forma tan absorbente y se tienen que destinar más in­gresos salariales”, añadió.

Algunos productos que han aumentado son el kilo de tortillas (de 15 a 22 pesos), el pan de caja (de 34.15 a 43.10 pesos), la calabacita (de 5.90 a 34.50 pesos), el huevo (de 36 a 43 pesos), el pollo en­tero (de 104 a 129 pesos), la carne de res (de 178 a 209 pesos), el jitomate (de 22.60 a 34.50), el gas LP de 30 ki­logramos (de 548 a 754 pe­sos), y muchos más.

Añadió que desde el CU­CEA se ha identificado una in­flación superior a 8 por ciento hasta junio de 2022.

¿Cómo afrontar la crisis?

Del Toro Ríos indicó que desde el hogar se deben de hacer presupuestos en los que se establezca lo que se debe, los gastos fijos y el dinero que se tiene a disposición, pero también sondear los lugares que ofertan los mejores pro­ductos.

Además, disminuir gastos hormiga que no abonan al presupuesto y no tienen gene­ración sobre la canasta básica; también fomentar el ahorro, por ejemplo, quienes tienen salarios mayores al mínimo resguarden entre 10 y 25 por ciento de lo que ganan.

En tanto, los compromisos de la autoridad es garantizar la seguridad alimentaria, que actualmente es azotada por la escasez, la sequía, la fal­ta de semillas y el desabasto de herbicidas y fertilizantes del campo mexicano, que ha incrementado en más de 400 por ciento los precios de pro­ductos del campo (derivado de la guerra).

Además de que se mejoren salarios, que se intensifique el combate a la corrupción, que se den las pautas de creación de empleos sólidos con me­jores sueldos, pero también apostar por aranceles a la ex­portación.

El Coordinador de la Pla­taforma Economía de Jalisco (PLEJ), doctor Antonio Sán­chez Bernal, indicó que “es necesario una mesa de econo­mía donde se siente el Gobier­no de Jalisco con los actores económicos y especialistas para visualizar soluciones im­portantes”.

“Las personas no pueden solucionar problemas ma­croeconómicos”, recalcó.

El contexto económico de México

Si bien en 2021 hubo un crecimiento económico en el país, esto ocurrió por un efec­to rebote y arrastre de la eco­nomía en Estados Unidos, no por políticas económicas por parte del gobierno mexicano, dijo el Coordinador del docto­rado en Estudios Económicos del CUCEA, doctor Antonio Ruiz Porras.

Hoy, debido a la reducción de oferta derivada de la guerra entre Rusia y Ucrania, los re­brotes de COVID-19 en Asia, así como la desaceleración del PIB global, se ha desacelera­do la economía en el mundo, incluyendo a México.

“Esto genera inflación in­ternacional e incrementos de la tasa de interés, lo que pro­voca un temor a una recesión global, y no ha ayudado el que se han reducido progra­mas de estímulos económicos porque fueron financiados con recursos públicos que no soy infinitos y se empiezan a reducir”, externó.

“Tenemos una desacele­ración económica. Ayer el Inegi anunció que para mayo es -1.1 por ciento. En Jalisco hay datos del cuarto trimestre y éstos eran positivos, pero se está desacelerando el creci­miento económico del Esta­do”, expresó.

“Tenemos el nivel de infla­ción más alto en los últimos 20 años. Hay escaso margen de maniobra del banco central para controlar esa inflación; no será extraño que veamos incremento en las tasa de inte­rés de referencia y del crédito a corto plazo”, indicó.

Lamentó que no hay ali­neación de estrategias entre sectores público y privado, “y esto ocurre por la diferencia entre diagnósticos sobre la economía mexicana”.

“En Jalisco la desacele­ración no es tan aguda, pero sí problemática; aquí hay mejores tasas de crecimien­to del empleo, pero tenemos varios años de rezago. Se está desacelerando la econo­mía nacional y la jaliscien­se”, sostuvo.

Recalcó que este año la cuesta de enero ha sido la más larga en décadas, pues ha llegado a julio. Y se es­pera una inflación del 7 por ciento para 2022.

Según estimaciones para este año, en un escenario con­servador en Jalisco el PIB será de 2.13, y el PIB nacio­nal de 1.90. En un escenario pesimista, el de Jalisco será de 1.74 y el nacional de 1.51. Mientras que en un optimista, para Jalisco será de 2.52 y el nacional de 2.29.