Mejor que contraten policías, critican vecinos de El Refugio, en GDL

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Los bolardos son equipamientos urbanos que dividen opiniones: para muchos se trata de un artilugio inútil, que trae más problemas que beneficios; para otros, son implementos que abonan al respeto de la banqueta y el tránsito peatonal/Foto: Francisco Tapia

Opiniones divididas causó entre vecinos y comercian­tes del parque El Refugio, en Guadalajara, la colocación de bolardos.

Por una parte, hay quienes rechazan tajantemente que se estén colocando por el ayun­tamiento más y más bolardos en los alrededores del parque y las calles circunvecinos, pues dicen que estorban más de lo que ayudan.

“Ya Guadalajara parece la ciudad de los bolardos, antes era la ciudad de las ro­sas, ahora es la ciudad de los bolardos, y la verdad que ni sirven, estorban nada más, no dejan ni dar la vuelta al carro, así de fácil”, señaló una de las vecinas.

Y es que para varios ve­cinos, la colocación de los bolardos ha significado la reducción de espacios para estacionar los automóviles y también, que muchas de las calles sean más estrechas en las esquinas.

“Pues no le digo que no se puede ni dar vuelta, varios se han llevado los bolardos porque quedan muy cerradas algunas vueltas; ahora, lo que hace falta es que pongan se­ñalización, eso sí hace falta, señales para que la gente vea incluso el nombre de las ca­lles, la nomenclatura… no an­dar gastando en estas taruga­das de los bolardos”, agregó.

Pero en contraste, hay quienes sí se dijeron a favor de la colocación de estos enormes postes de metal.

“Sí está bien. Aquí lo que pasa es que no hay cultura cual de mucha gente, los bo­lardos sirven para que la gente respete los espacios, para que no se suban a la banqueta los carros, para que no se pongan donde no deben. Por ejemplo, le voy a decir que hace tiempo una señora de más de 80 años llegó y se llevó una luminaria porque dijo que se le atravesó cuando ella iba manejando y tomamos las placas y levanta­mos el reporte y la denuncia y no ha pasado nada ese tipo de cosas son las cosas que se de­ben de atender entonces para eso están los bolardos”, seña­ló otro de los entrevistados.

Entre opiniones divididas, los vecinos han visto cómo paulatinamente se han colo­cado más y más estos postes de metal que se pone en cada una de las esquinas de las ca­lles que rodean al parque y también en general en la zona centro de Guadalajara.