Y por el respeto a la autonomía universitaria, rugen 46 mil voces
Por Elizabeth Ríos Chavarría
Entre acusaciones de una campaña sucia en contra de la movilización, y bajo la consigna de que la lucha ya no es por los 140 millones de pesos sino por la dignidad de la institución, ayer se llevó a cabo la megamarcha por la defensa de la autonomía, convocada por la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Calificada como una de las movilizaciones más grandes de la historia de la universidad, desde temprano miles de estudiantes de preparatorias y centros universitarios se dieron cita en uno de los cinco puntos a fin de sumarse a los contingentes que partieron de diversas partes de la ciudad rumbo a la Plaza Liberación, del centro histórico de Guadalajara.
Unos minutos antes de que los contingentes comenzaran su marcha, la universidad denunció un boicot por parte del gobierno del estado mediante la Policía Vial, que obstaculizó la entrada a la ciudad de por lo menos la mitad de los autobuses que transportaban estudiantes y profesores desde distintos municipios del estado.
El vicerrector ejecutivo de la UdeG, Héctor Raúl Solís Gadea, acusó que los agentes viales impidieron que los autobuses llegaran a recoger a los universitarios, especialmente en la zona Sur de la ciudad como Tlajomulco, Santa Anita, Toluquilla y en el Norte, en las inmediaciones del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).
También, en las rutas por donde confluyeron los contingentes se vieron carteles en contra de la marcha.
Sin embargo, fueron más las pancartas y consignas en contra del gobernador Enrique Alfaro Ramírez, en voz de alrededor de 46 mil manifestantes, según cifras de Protección Civil de Jalisco (pues la UdeG contabilizó más de 100 mil), colapsaron la movilidad a mediodía en el centro para escuchar los discursos de líderes de la universidad.
Cabe recordar que la movilización fue por el recorte de los 140 millones de pesos que el gobernador les hizo, y en este sentido, el rector de la UdeG, Ricardo Villanueva Lomelí, no dejó de cuestionar la forma en la que han sido tratados por levantar la voz.
“Lo que hicimos para ser los malos de la película fue levantar la voz ante la violencia que se vive en Jalisco, por indignarnos ante las desapariciones que padecemos todos los días (…). Esta lucha ya no es por 140 millones de pesos. Esta lucha, a partir de hoy, es por la dignidad y por el respeto y la legalidad de todo el pueblo de Jalisco. Nunca me he sentido solo”.
Entre los diversos discursos de otras autoridades de la universidad no se dejó de criticar la actitud de Alfaro Ramírez, a quien catalogaron como un “gobernador chiquito” por declararle la guerra a los estudiantes, a la educación y a la universidad, en lugar de hacerlo a la inseguridad y los otros graves problemas que aquejan a la entidad día con día.