Primero sufrimos por el fuego; ahora por el agua: Locatarios

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Cada vez está más cerca el temporal de lluvias, y en los alrededores del mercado San Juan de Dios las autoridades no se han puesto las pilas para garantizar que alcantarillas y bocas de tormenta estarán desazolvadas para evitar inundaciones/Foto: Francisco Tapia

La llegada del próximo temporal de lluvias causa miedo entre los locatarios instalados en los alrededo­res del mercado San Juan de Dios en Guadalajara por po­sibles inundaciones.

Y es que calles como Alfareros son comúnmente escenario de inundaciones debido a los tapones que se hacen en alcantarillas y bo­cas de tormenta donde los locatarios han tratado de limpiar aunque resaltaron que urge el desazolve por parte del ayuntamiento o del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA).

“Aquí se inunda, y ya fui­mos y les dijimos que nos ayuden, pero ellos dijeron (del ayuntamiento de Gua­dalajara) que ellos ya cum­plieron en poner el toldo, un toldo para que no nos mojemos”, dijo una de las loca­tarias entrevistadas por este reportero.

Ellos mismos han tratado, a sus posibilidades, de poner en marcha alguna posible so­lución.

“Nosotros lo que esta­mos haciendo, es tapar las alcantarillas para que no entre basura ni polvo, de limpiarlas como podemos,para que cuando lleguen las lluvias no se nos inunden. No han venido a desazolvar y eso nos preocupa mucho porque ya llegó la primera lluvia y nos fue muy mal se nos mojó la mercancía y tuvimos pérdidas otra vez, ya no nada más fueron las pérdidas por lo del incendio sino también pérdidas ahora por lo de la inundación, en­tonces pues estamos siendo afectados por todos lados”, destacó.

Agregó que a este pro­blema se suma otro más, la inseguridad que se vive en la zona porque no hay vigilan­cia policiaca.

Ellos contrataron un guar­dia de seguridad privada pero no es suficiente, por lo cual pidieron al alcalde Pablo Le­mus que haya vigilancia por parte de los uniformados ta­patíos, y también que se ha­gan los trabajos de desazolve correspondientes para evitar así inundaciones que los de­jen sin su patrimonio.