Prometieron repararlas pero mintieron: Vecinos de Tonalá

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Un buen día trabajadores de Tractebel llegaron al complejo de departamentos de Infonavit Río Nilo, en Tonalá, donde abrieron la banqueta, instalaron tubería de gas LP y dejaron así. Los habitantes del lugar exigen que dejen el sitio como estaba, pues es un riesgo latente/Foto: Francisco Tapia

Habitantes de Tonalá ex­plotaron contra la empresa Tractebel que comercializa gas LP.

Señalaron que la misma destruyó las banquetas para meter los tubos de servicio y nunca reparó los daños.

“Aquí nada más vinieron y abrieron la banqueta y dejaron un destrozo y se les preguntó que si iban a regresar luego de poner sus instalaciones y dijeron que sí, pero ya no re­gresaron, pusieron sus cosas que iban a poner de los tubos y eso, y dejaron las losetas a los lados y ya no volvieron a pararse aquí, y ya se les ha­bló pero no han venido”, dijo Omar Valle, uno de los habi­tantes de la comunidad Info­navit Río Nilo.

“Pues si van a sacar un be­neficio económico con esto, pues que vengan y acomoden las cosas como estaban, por­que aquí además hay muchos niños que se ponen a jugar y es un riesgo para todos”.

Además del riesgo por es­tar expuestos los tubos que conducen el gas LP a los cientos de departamentos que se encuentran en esta unidad habitacional cercana a la ca­becera municipal de Tonalá, existe otro peligro mayor, la inseguridad que predomina y los rateros que ya empezaron a robarse los pedazos de con­creto que se retiró por parte de la empresa Tractebel, pero también hasta los tubos del gas pertenecientes a la misma empresa y por ello temen una explosión o incendios.

“La raza es canija, ahora sí que como dicen, la perra es brava y la cucan, imagíne­se. Aquí necesitamos como le dice el vecino, que si la empresa va a sacar dinero de llevar el gas que le está ven­diendo a la gente en los depar­tamentos pues también que arreglen, que no la chinguen”, destacó otro de los vecinos entrevistados.

En general los vecinos no están muy conformes con el hecho de que llegue gas LP a través de tuberías a sus hoga­res como si fuese agua pota­ble, pues temen posibles in­cendios y hasta explosiones.