Lamentan habitantes del fraccionamiento Las Palmas, en Tonalá:

El problema se debe a la escasa conectividad del sitio, además de que no hay centro de salud y la carencia de servicios públicos es sensible; vecinos exigieron acciones a las autoridades

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Las viviendas abandonadas son basurero público y guarida de maleantes y drogadictos; además, pueden servir para que se cometan delitos sexuales e incluso enterrar cadáveres. Por esto, los vecinos de esta zona de Tonalá demandaron que se intervenga su comunidad/Foto: Francisco Tapia

Cientos de casas abando­nadas se aprecian en el frac­cionamiento Las Palmas, en el municipio de Tonalá.

El sitio se convirtió en un lugar para la llegada de para­caidistas que se han posesio­nado de las casas vacías, en algunos casos, pero en otros estas viviendas abandonadas sirven desde basureros hasta morgue clandestinas.

“Estamos hartos, aquí mu­cha gente ha dejado las casas mejor porque los servicios son pésimos, porque a veces no llega el camión porque hay mucha inseguridad, por­que hay un montón de robos, y así uno puede seguir con la lista de quejas, incluso que no hay centro de salud, y cuando compramos casa pues se nos dijo otra cosa, nos dijeron que sí iba a haber todos los servi­cios y no está viendo nada de eso, y del ayuntamiento pues no están haciéndonos caso de nada”, dijo una de las vecinas entrevistadas.

Entre otras cosas, las casas abandonadas han servido para que dentro de estas se come­tan todo tipo de delitos. Gene­ralmente, son los malvivien­tes quienes las toman como guaridas para resguardarse y consumir drogas al interior de las mismas, y el temor de algunos de los vecinos es que puede ser el sitio donde haya hasta violaciones.

“Imagínese nada más, hay mucha chamaquita que andan por ahí solas y a veces pue­den llevárselas y meterlas a la fuerza a una de esas casas y hacerles algo, y más con la inseguridad que hay en todos lados, pero claro al presidente municipal le vale madre por­que no vive aquí, ese señor otra vez nos volvió a prometer un cambio, a mí me da mucho pendiente porque tengo dos chamaquitas, por eso yo creo que es muy importante que hagan algo y que lo hagan ya, porque qué vamos a hacer, ni modo de abandonar nuestras casas y dejarlas aquí, si es lo único que tenemos”, resaltó la señora Julia Morán, otra de las molestas vecinas entrevis­tadas.

Resolver este problema desde un inicio ha contado con promesas de la construc­tora y del ayuntamiento que no se han cumplido, con lo que al paso del tiempo se ha convertido en un sitio deso­lado en muchas de las etapas del mismo, donde no hay res­puesta para los vecinos quie­nes claman por ayuda de las autoridades.