Decenas de vialidades sin embotellamientos

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Pocos vehículos podían apreciarse en avenidas principales como Revolución, Américas, 16 de Septiembre y Ávila Camacho; “así era cuando no había tanto carro”, señalaron algunos entrevistados/Fotos: Francisco Tapia

Calles casi desiertas se vi­vieron ayer en la zona metro­politana de Guadalajara.

El fin de la Semana San­ta, dejó como resultado calles sin gente y sin carros que cir­cularan, al menos no con la normalidad acostumbrada.

“Bien solo (sic), yo creo que la mayoría de la gente anda en la playa por eso es que está tan solo. Tengo cua­tes que se fueron a la playa y me mandaron unas fotos de estaban allá en Puerto Va­llarta y estaba atascadísimo de gente, y pues imagínate nada más, toda la gente por allá mejor te quedas aquí en la ciudad, qué asco no te pue­des ni bañar porque te bañas en agua de cola”, dijo uno de los entrevistados.

Avenidas como Revolu­ción y 16 de Septiembre, in­cluso Américas y hasta López Mateos en el tramo norte esta­ban casi sin movimiento.

Se llegaba en cuestión de minutos a casi cualquier pun­to de la ciudad algo que no se vive desde hace al menos 20 años en la Zona Metropolita­na de Guadalajara (ZMG) o en los periodos vacacionales de semana santa y pascua.

“Así estaba antes la ciudad pero como hace unos 20 años o más, voy a llegar rápido de un punto a otro sin gastar tan­ta gasolina y sin tener que ato­rarme en el tráfico como pasa ahora, antes hasta podías traer un vehículo grande sin que te remordiera la conciencia y el bolsillo porque la gasolina era más barata, pero ahora si te vas a más o menos una idea de cómo estaba y esto pues solamente lo podemos vivir cuándo es semana santa de la gente que sale de vacaciones a se va”, dijo otro de los en­trevistados.

Sin embargo en donde sí se registró una fuerte movili­zación de automóviles es en el extremo sur de la ciudad.

Por la misma avenida Ló­pez Mateos en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga desde El Palomar hasta la carretera a Colima, una gran cantidad de automóviles podía apreciarse por doquier.