Y si nos negamos a pagar, nos quitan las mercancías: Ambulantes

Los comerciantes pidieron al alcalde que combata la corrupción en su gobierno

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

200 pesos a la semana es la cantidad que desembolsan comerciante ambulantes de la colonia San Juan Bosco, en Guadalajara: De ese modo los empleados municipales los dejan en paz, denunciaron/Foto: Francisco Tapia

Inspectores del ayunta­miento de Guadalajara co­bran dádivas a comerciantes ambulantes en el barrio de San Juan Bosco por dejarlos trabajar.

Lo anterior fue denuncia­do por los mismos comer­ciantes quienes enviaron una queja a la redacción de Pági­na 24, se trata de una cuota ya establecida de 200 pesos semanales por comerciante de lo que obviamente no hay recibo alguno.

“Sí me cobran por dejar­me trabajar aquí. Son 200 pesos los que están cobran­do, por semana. Cuando llegan los operativos nos quitan las mercancías que tenemos si no pagamos”, denunció una de las comer­ciantes entrevistadas.

Y aunque las quejas por parte de algunos locatarios y comerciantes se deben a que estos comerciantes ambulantes son considerados como compe­tencia desleal, personas como ella llevan una sana relación con los comerciantes estable­cidos, por lo cual su petición concreta es al ayuntamiento para que los regularicen.

“Yo procuro llevarme bien con todos y yo sé que no me están cobrando porque no hay un permiso aquí porque los mismos locatarios y los veci­nos no quieren que estemos pero es que necesitamos tra­bajar. Sí vienen de parte del ayuntamiento y esos 200 pesos son para ellos, claro que no nos dan ningún recibo y sabemos que no es justo, pero qué hace­mos oiga, queremos trabajar y no nos queda más remedio que tener que pagarles”.

Aprovechando este medio envío un mensaje a su presi­dente municipal, Pablo Le­mus Navarro, para que paren la corrupción y les ayuden a estar dentro del marco de la legalidad.

“Que haga algo, que nos deje trabajar a todos y la ver­dad creo que evitaría mucha delincuencia porque al final deberían de andar correteando a los delincuentes y a ellos no los agarran, también que aquí hay muchas personas que no tenemos de otra para poder mantener a nuestras familias, nosotros no le hacemos daño a nadie con vender aquí y la verdad es que todo está cada vez más caro, así que necesi­tamos trabajar porque el di­nero no alcanza; es más, las tortillas están cada vez más caras y el huevo, todo está bien caro”.

El caso de ella se replica con muchos más comercian­tes que están instalados sobre la calle 54, al oriente de Gua­dalajara.