Servirá para el tratamiento de aguas y la investigación: Académicos

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“Así ya debemos de tran­sitar porque nuestras plantas de tratamiento de agua están trabajando en Jalisco en un promedio de 30 por ciento, y el costo es el doble o triple que con un humedal artifi­cial”

Con la finalidad de dispo­ner de un prototipo para el tra­tamiento de aguas residuales que además funcione como un laboratorio de prácticas para estudiantes y trabajos de investigación, el Centro Uni­versitario del Sur (CUSur) de la UdeG trabaja en un pro­yecto de construcción de un humedal artificial.

Berta Ermila Madrigal Torres, jefa del Departamen­to de Ciencias Económicas y Administrativas, explicó que la concreción de este proyec­to, en el que se ha trabajado por tres años, permitirá el sa­neamiento de aguas residua­les y contribuir a atender uno de los problemas mundiales, como lo es el abastecimiento de agua.

“El proyecto está comple­to. Hemos analizado diferen­tes aspectos tanto logísticos, presupuestales y operativos; incluso, había negociaciones con el gobierno estatal para el subsidio. Será un proyecto en etapas, porque tenemos una prospectiva de crecimiento hacia 2030, donde vamos a tener más alumnos y a necesi­tar un humedal más grande”, informó.

Los beneficios de contar con este humedal son inva­luables, explicó la académica, como la reducción de conta­minantes en el agua que llega a la Laguna de Zapotlán, cui­dar el medio ambiente, sanear y reutilizar el agua, además de que va a contribuir en la economía.

“Puede generar una em­presa de venta de flores, de producción de árboles de tallo alto. Algunos están manejan­do la producción de tilapia, que sería otra empresa. Hay varios aspectos económicos, cuidado del medio ambiente, investigación, planificación del agua de lluvia, ahorro del agua, que si la reutilizamos ya no tendremos que estar extrayendo de los mantos freáticos”, informó Madrigal Torres.

El proyecto iniciará cuan­do los recursos estén disponi­bles y ya se realizan gestiones con la asesoría del investi­gador José de Anda Sánchez (miembro del Sistema Nacio­nal de Investigadores, SNI), quien tiene un doctorado en Ciencias de la Tierra y expe­riencia en la elaboración de humedales artificiales.

“Podemos negociar con alguna asociación, empresa o el presupuesto corriente de la Universidad y buscar alguna otra convocatoria para estos proyectos, bajo una política pública de apo­yo humedales; así fue como avanzó el proyecto de Ate­quizayán, aquí en Zapotlán el Grande”, dijo.

Madrigal Torres expre­só que otro aspecto impor­tante es la socialización, la vinculación con la sociedad civil y los habitantes de la región, que comprendan que además de cuidar el medio ambiente y el agua pueden hacer emprendimientos so­ciales y culturales.

“Así ya debemos de tran­sitar porque nuestras plantas de tratamiento de agua están trabajando en Jalisco en un promedio de 30 por ciento, y el costo es el doble o triple que con un humedal artifi­cial”, subrayó.

Esto, como universidad, es un ejemplo para la socie­dad, ya que cualquier frac­cionamiento nuevo debería de implementar acciones para el tratamiento de aguas resi­duales.

“En un sistema educativo esto se convierte en demos­tración, visitas guiadas, capa­citación, formación para una sociedad y las nuevas gene­raciones sobre cómo ahorrar agua utilizando la tecnología y los sistemas naturales que no contaminen; algunas uni­versidades ya lo tienen, hacen visitas guiadas y lo manejan como ecoturismo”, informó.

En el proyecto trabaja un equipo multidisciplinario de áreas como agronomía, bio­tecnología, negocios interna­cionales, economía, y esperan una mayor vinculación con el municipio.