Habitantes exigen movilidad digna al gobernador Enrique Alfaro

Por Rafael Hernández Guízar

Pésimo servicio ofrece le transporte público que va a la zona de la carretera a Colot­lán.

Las unidades del transpor­te público van a reventar y no hay control por parte de los operadores, se llenan los ca­miones al tope.

“Les da el síndrome del camión vacío. Es un asco via­jar en camión sobre todo si vienes para este lado porque están bien hicimos y no hay manera de decir nada porque todo mundo se tiene que mo­ver. Son chingaderas”, dijo uno de los usuarios entrevis­tados ayer por este reportero.

“Me parece que no es co­rrecto lo que está sucediendo porque se quejan mucho los del gobierno que por la pande­mia, pero cuál pandemia nada más debería el gobernador de subirse a uno de los camiones que viene a Valle de los Mo­linos para que viera que este es un rancho sin coronavirus, aquí vale madre lo de la sana distancia, pero claro como ese pinche pelón viaja con chofer y en una camioneta bien chi­da nosotros nos tenemos que aguantar e ir con la peste de los camiones por qué esa es otra cosa, huelen espantoso, te vomitas casi casi”, agregó el molesto ciudadano.

Y es que prácticamente todos los camiones pasan a reventar, así lo constatamos nosotros ayer al hacer un re­corrido desde el entronque con la avenida Juan Gil preciado y el anillo periférico hasta el fraccionamiento Valle de los Molinos.

La ciudadanía se quejó de las malas condiciones de los camiones y el hecho mismo de que todas las unidades pa­san a reventar.

“Pues qué hacemos, tene­mos que movernos para ir a trabajar y para regresarnos a la casa, porque si no pues nos quedamos sin comer y peor hasta nos andan corriendo de la casa porque hay quienes pagan renta o hay otros que gracias a Dios estamos pa­gando la casa. Entonces sí le queremos decir a Enrique Al­faro que no la chingue, que no permita que nos traten como animales porque nos llevan como a las reses, parados y to­dos hechos bola. Luego andan también subiéndose algunos como queriendo asaltar, que esa es otra cosa que también tienen que cuidar, la seguri­dad en el camión, pero pues indiscutiblemente el hecho de que vengan tan llenos es una asquerosidad”, siguió el ciu­dadano entrevistado.

Todas las unidades pasan a reventar y los precios varían de acuerdo a la ruta. Mientras la mayoría cobra 9.50, el express cobra 10 pesos, una cantidad mayor a la tarifa autorizada por el gobierno del estado.

Además no todos los ca­miones entregan boleto a los pasajeros.

Según los ciudadanos en­trevistados, además de ser incómodo y un foco de peli­gro, esto constituye también un riesgo para todos, debido a que en caso de un accidente muchos pueden resultar da­ñados por el hecho de viajar parados.

También fue una queja constante la frecuencia entre cada uno de los camiones, es decir, el tiempo que deben esperar los ciudadanos para abordar una de las unidades.

Se requieren más camio­nes y en mejores condiciones, pues muchos traen asientos rotos, están rayados y además, no funcionan las ventanillas.

La petición fue directa al gobernador Enrique Alfaro Ramírez, al que pidieron que haya atención a las unidades del transporte público y que se considere hacer una revi­sión completa a su funciona­miento, cantidad y estado en que se encuentran.