“Los médicos no fueron profesionales”, acusa esposo de la afectada

Aunque se sintió mejor luego de acudir a los servicios médicos, horas después presentó sangrado vaginal. Fue llevada de urgencia a un hospital privado donde le dijeron que había perdido a su bebé, de mes y medio de vida, a causa de los fármacos que le administraron

Por Rafael Hernández Guízar

Fotografía relevante a la nota.

Janette se quejaba de fuertes dolores de estómago. Acudió a la Cruz Verde de Tonalá, donde le realizaron un examen de orina; no detectaron que estaba embarazada y sin embargo le administraron fármacos que le causaron un aborto. La afectada y su esposo consideran tomar acciones ante lo que califican como una “negligencia”/Fotos: Francisco Tapia

Una posible negligencia médica cometida en la Cruz Verde de Tonalá, fue cometi­da en perjuicio de una mujer embarazada a la que hicieron abortar.

Fue el pasado jueves 3 de febrero cuando Janette Cor­tés, una mujer que acudió a la Cruz Verde de Tonalá por un dolor de vientre, fue inyecta­da con omeprazol y otros quí­micos para controlarle el mal; sin embargo, previo a esto se le hizo un examen general de orina y nunca le dijeron que estaba embarazada.

“Llegamos y nos atendie­ron bien, pero me dijeron que pagara un examen de orina, el cual se supone que debe de salir todo, es un examen ge­neral, y al parecer no lo pidie­ron así o no sé y le inyectaron omeprazol para calmarle el dolor de panza, se le había ido hasta la espalda; no sabíamos que estaba embarazada, pues uno trata de cuidarse, pero pasa así, que sale embaraza­da, y pues no sabíamos, y ya en la madrugada presentó un sangrado, se desangró”, dijo Rafael Cruz, el esposo de la afectada y padre del niño no nacido.

Luego de que llegaran a su casa, la señora Janette se sin­tió mejor, se le quitó el dolor de estómago; sin embargo, a las horas de eso empezó a tener un sangrado vaginal abundante, acudieron de ur­gencia a un hospital privado donde le indicaron que había perdido a su hijo, del que no sólo no sabían nada, sino que además fueron notificados también que el aborto fue de­bido a lo que se le inyectó en los servicios médicos munici­pales.

“Estuve toda la mañana ahí (En la cruz verde de Tona­lá), llegué a las 9.30 de la ma­ñana y salimos hasta la una, y pues no sé qué fue lo que pasó, yo opino que debían de hacer un examen bien, a mí no me preguntó nada le doctor ni las enfermeras, yo pienso que debían de estar al pendiente, y así hubiéramos sabido si es­taba embarazada, uno confía en ellos porque uno cree que son profesionales, porque por eso estudian. A ella le decían que tenía una bacteria, pero no sabía dónde, y que hasta pensaban que era una piedra en el riñón, y ya con el estu­dio confirmaron que no tenía nada, eso nos dijeron, yo no sé qué pasó, yo digo que con lo que le hicieron mataron al bebé porque ya no fue si uno hasta en la noche cuando fue al baño que se empezó a des­angrar”.

Y siguió: “Acudimos a un hospital privado, ya no quise regresar ahí porque para qué más regresaba, me dio miedo de que le dejaran residuos del bebé, y ahora iba a ser peor, fue un legrado lo que le hicie­ron, falleció el bebé y tenía como mes y medio, no tenía mucho pero ya era una vida”.

Al momento, están deci­diendo en pareja si actuarán o no contra el médico y contra los servicios médicos muni­cipales para que se investigue la posible comisión de una negligencia médica que costó la vida de un bebé.

“Andamos viendo si me­temos una demanda, yo sé que somos humanos y todos cometemos errores, pero es­tamos hablando de que son profesionales, que por algo tienen un título, por eso yo me pongo a pensar en eso, yo ha­bría hecho todo para salvar al bebé, no me hubiera confiado de lo que me diga el paciente, y creo que por profesionalis­mo se deben de hacer las co­sas como van”.

Lo que más lamentan es que no supieran del embarazo y que haya sido tras un aborto que se enteraron de que esta­ban a la espera de su primer hijo.