No alcanza para alcanzar metas en la materia: Especialistas

El presupuesto destinado para la educación superior en México está por debajo del que propone la ley, ya que es un poco superior al 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Esto tiene im­pacto en una cobertura que está lejos de alcanzar las me­tas oficiales.

En la charla “Un presu­puesto educativo: una visión crítica”, organizada por el Centro Universitario de Cien­cias Económico Administra­tivas (CUCEA) de la UdeG y transmitido vía Facebook, el secretario de la Secretaría General de esta Casa de Es­tudio, maestro Paulo Alberto Carrillo Torres, lamentó que no exista ningún mecanismo para sancionar a las autorida­des por no cumplir la disposi­ción de destinar 8 por ciento del PIB a la educación.

El funcionario universita­rio recordó que el artículo ter­cero constitucional señala que toda persona tiene derecho a la educación, incluyendo la superior, y es obligación del Estado propiciar que la edu­cación sea universal, pública y gratuita.

La Ley General de Educa­ción menciona que el monto anual que el Estado destine al financiamiento en educación pública no podrá ser menor al equivalente de 8 por ciento del PIB.

Carrillo Torres destacó que el presupuesto insuficiente en educación se ve reflejado en la cobertura. En el caso de la educación media superior se tenía una meta planteada de 85 por ciento, y ésta no se alcanzó, ya que se ubicó en 83.20 para 2020. Y agregó que la cobertura, en lugar de aumentar, disminuye.

Especificó que la cobertu­ra en 2018 para media supe­rior era de 84.2 por ciento, y la meta para 2021 era de 86 por ciento, y sólo se alcanzó 80.2, de acuerdo con cifras elaboradas con base de datos del Programa Sectorial de Educación 2020-2024 y del Sistema Educativo Nacional 2020-2021.

En el caso de la educa­ción superior, a pesar de que ha crecido la cobertura, no se han alcanzado tampoco las metas pretendidas. Dijo que en educación superior la meta pretendida para 2020 era de 42.7 por ciento; sin embargo, el crecimiento fue de 41.6 por ciento. Para 2021, el objetivo era de 44.3 por ciento, y se es­tancó en 42 por ciento.

Por su parte, Marco An­tonio Fernández Martínez, investigador del Tecnológico de Monterrey, explicó que se están privilegiando las becas, pero en aspectos como el fa­cilitar clases a distancia; no hay partidas específicas para sostener estas clases por me­dios tecnológicos.

En cuestión de aprendiza­je no hay recursos para hacer evaluaciones que guíen los esfuerzos de los docentes, a fin de recuperar los aprendi­zajes afectados en los alum­nos.

Dijo que sólo se invierte 7 por ciento de los recursos que se erogaban en 2018 para la capacitación docente. En lo que va del sexenio, hay un recorte acumulado en este ru­bro de 89 por ciento.

Enunció que hay más alumnos con becas, pero no necesariamente son quienes más lo necesitan. Añadió que el abandono de los estudios no se resuelve repartiendo dinero, ya que si no son aten­didas las deficiencias educa­tivas y el aspecto emocional al dejar los estudios, no se va a atender como se debe el problema de la deserción.

David Eduardo Calderón Martín del Campo, Presiden­te Ejecutivo de Mexicanos Primero –una comunidad de práctica y aprendizaje inte­grada por activistas unidos en favor de promover y de­fender el derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes en México–, dijo que el presu­puesto educativo roba a las escuelas y es un fracaso para niñas y niños.

“Digo que es un robo por­que han desaparecido nueve programas presupuestarios en el periodo 2019-2021 que estaban directamente orien­tados a apoyar a las escue­las. No se trataba de dinero que iba a los Estados, y que de una bolsa en la que todos los gatos son pardos se pier­de; se trataba de programas focalizados en escuelas es­pecíficas”, informó.

Mencionó que entre los programas que desaparecie­ron se encuentran: Inclusión digital; Reforma educativa; Inclusión y equidad educati­va; Desarrollo de aprendizajes significativos de educación básica; Atención a la diversi­dad de la educación indígena, y Atención educativa de la po­blación escolar migrante.

Las medidas afectan a al­rededor de cuatro millones y medio de alumnos que se que­daron sin los recursos que les eran destinados. La afectación es profunda en las zonas indí­genas rurales y de alta margi­nación.